Una de minerales, en Santa Olalla de Cala

En esta roca parece que los minerales se han mezclado adrede para aumentar el contraste cromático. Hay un mineral negro que contrasta mucho con otro muy blanco, y otro verdoso que contrasta con un cuarto mineral rojizo.

El negro es un óxido de hierro magnético y pesado: la magnetita. El verde es serpentina, un bonito filosilicato de magnesio (y a veces hierro) que surge por alteración de otros silicatos de hierro y magnesio. El blanco no sé cuál es, pero parece comportarse como una eflorescencia salina: parece que el mineral circulara disuelto en aguas de lluvia infiltradas en la roca, y se depositara en masas pulverulentas al evaporarse el agua en su superficie. A veces se desprende y forma montoncitos blancos terrosos al pie de la roca. En cuanto al mineral rojo, la verdad es que no recuerdo qué era; tal vez un carbonato con hierro, como ankerita o siderita, o algo teñido de hematites, o yo qué sé.

Lo que sí sé es que los verdes de la serpentina (el nombre “serpentina” le viene del color) me encantan:

La serpentina se genera a partir de silicatos con hierro y magnesio, cuando actúa sobre ellos agua caliente. Pero en los grandes bloques de esta escombrera (en las minas de Teuler) hay también masas doradas de pirita:

La pirita es sulfuro de hierro, pero no hay que descartar que también haya sulfuros con cobre, como la calcopirita, también dorada. Eso explicaría la presencia de malaquita verde:

Y es que la malaquita es un carbonato de cobre generado por la alteración de otros minerales de cobre, por parte de aguas de lluvia infiltradas. Así, el cobre de la malaquita procede del mineral alterado, y su carbonato del CO2 que capta el agua al pasar por el aire y el suelo, el cual contiene abundante CO2 por la respiración de los organismos que lo habitan. Una vez formado el carbonato de cobre, este se depositó en costras rellenando las cavidades de la roca por donde circulaba el agua:

Las costras a veces desarrollaban como pelotillas de malaquita, lo cual se ve en las fotos.

Volviendo a la pirita, su exposición a la intemperie produce una oxidación y alteración a óxidos de hierro rojizos (hematites), lo que a veces no impide que se siga apreciando la forma de algunos cristales:

La hematites, óxido de hierro, proviene de la pirita, pero también de la magnetita y otros minerales con hierro. Del mismo modo, con participación de aguas de lluvia infiltradas, aparecen hidróxidos de hierro, como la goethita o lepidocrocita, oscuros y con irisaciones; masas con ese aspecto se observan en diferentes puntos de estas escombreras. Con mayor alteración, los diversos minerales de hierro pueden acabar dando una mezcla de hidróxidos de aspecto terroso que tiñen de amarillo las rocas y tierras, y de ahí su nombre, “limonita”:

Serpentina, limonita, hematites, malaquita, son como hemos dicho sustancias que nacen de la alteración de otras: silicatos ferromagnesianos, magnetita, pirita, calcopirita, por interacción con aguas de lluvia infiltradas, o en condiciones de alta temperatura (caso de la serpentina).