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Mostrando entradas de abril, 2021

"Arte animal" en la Escuela de Arte

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Un día pasé junto a la Escuela de Arte de la avenida Ciudad Jardín. Por las ventanas se vislumbraban alumnos atareados en sus esculturas de escayola. Bajo las ventanas destacaban otras "obras", a modo de "grabados rupestres" sobre la piedra que reviste el zócalo. Pueden adivinarse a varios metros de distancia si afinamos la vista:  

Los fósiles del Cerro del Hierro

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Los fósiles presentes en el Cerro del Hierro que con más facilidad puede uno encontrar, todos del Cámbrico , son los siguientes:  Laminaciones microbianas. Extensas mallas de bacterias que tapizaban el fondo marino, y que se iban superponiendo. En realidad lo que se conserva es la costra calcárea que les salía a las mallas. Estromatolitos . Lo mismo, pero cuando crecían, no en horizontal, sino en forma de bultos hacia arriba. Alternan con las laminaciones. Arqueociatos . Unas esponjas marinas especiales que vivieron solo durante el Cámbrico. Rastros . Por ejemplo, unos rastros de gusanos planos de los que hemos hablado ya en otra entrada. Trilobites . Caparazones y trozos de las mudas de estos conocidos bichejos marinos de la era Paleozoica. A continuación, algunas imágenes de ellos, tomadas en distintos puntos del entorno del Cerro del Hierro. Laminaciones, con bastantes estromatolitos en varios niveles concretos.

Los minerales del Cerro del Hierro

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En esta entrada vamos a dar un repaso a los minerales del Cerro del Hierro. O, mejor dicho, a las apariencias más vistosas de los minerales más abundantes en el Cerro del Hierro. Será un repaso rápido y visual. No contaremos nada sobre su origen, yacimiento, explotación...  Empezaremos por la barita . Sus componentes son sulfato y bario. Suele presentarse en forma de tablillas . A veces las tablillas son bastante gordas:

El rastro de un gusano plano

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  Esto es un trozo de fondo marino petrificado del Cámbrico inferior , hace más de 500 millones de años. Se le nota una marca, más clara que el resto de la piedra.  Por el trazado, la marca recuerda a un rastro de una babosa, larva o gusano que se haya deslizado sobre la piedra hace unos cuantos días. Pero, vista de cerca, se distingue que no es una mancha, ni tampoco un roce, sino que pertenece a la propia piedra. Y es que se trata de un rastro , sí, pero no actual, sino fosilizado. Fue realizado en aquel fondo marino del Cámbrico, y se petrificó junto con él. En concreto, es un rastro llamado Sericichnus mureroensis . Me lo dice Eduardo Mayoral, quien, junto con Eladio Liñán, descubrió, describió y bautizó a este tipo de rastro fósil. Ichnus significa huella; seric - se refiere al brillo sedoso, distinto al del resto de la piedra. Y  mureroensis significa "de Murero", donde lo descubrieron.  Pero el ejemplar de la foto, que no es por nada pero es bastante bueno, no lo h