Avalanchas submarinas en la Media Fanega

En esta pared de piedra, a punto de ser utilizada como escalera, hay unas capas que sobresalen más, y otras que hacen entrante:


Las que hacen entrante, lo hacen porque son pizarrosas, y se disgregan con más facilidad y se desprenden. Las que sobresalen son areniscas más resistentes. 

Las pizarras suelen derivar de arcillas depositadas en fondos marinos relativamente profundos, tranquilitos. De lo contrario, las pequeñísimas partículas de arcilla se mantendrían en suspensión y no se asentarían. Por su parte, las areniscas están formadas por granos de arena de cuarzo, y son propias de fondos marinos menos profundos, alcanzado por el movimiento de olas y corrientes más o menos litorales. Esa agitación permite que la arena sea arrastrada hasta allí y se deposite sola, mientras que las partículas más finas se quedan en suspensión.

En las capas de arenisca se ven láminas de arena onduladas, una consecuencia del movimiento de la arena por parte de las corrientes:


Pero, entonces, ¿cómo era el fondo marino donde se depositaron estos materiales? ¿Tranquilo y hondo, como sugieren las pizarras, o más superficial y agitado, como sugieren las areniscas? Bueno, podríamos pensar que fueron cambiando las condiciones; por ejemplo, que el nivel del mar fue más bajo mientras se depositaban las arenas, y más alto mientras se depositaban las arcillas, y variaciones periódicas del nivel del mar dieron esta sucesión. O podemos pensar que las arenas se depositaron en episodios de tempestades, en los que la agitación de las olas profundizó mucho más. Pero esta sucesión que vemos es demasiado rítmica, repetitiva, y además hay otra serie de rasgos (no hice fotos) que sugieren más bien otra explicación: son depósitos de sucesivas avalanchas desde un talud submarino. En esos movimientos masivos de material, la arena, gránulos y arcilla de arriba se mezcla con agua, y se mueve todo revuelto y rápido cuesta abajo, incluso erosionando parte del fondo al que llega, y esa avalancha se extiende por una considerable superficie. En cada avalancha, primero se asienta la arena, bajo la corriente aún activa, y luego va depositándose encima la arcilla, cuando pierde velocidad. Esto da series de capas rítmicas, con determinadas características específicas.

Aparecen también otras capas, más espesas, con un tamaño de grano notablemente mayor, que además varía a lo ancho de la capa:


Es probable que sean también resultado de un flujo desde el talud, pero con mayor proximidad al punto de origen, dado lo espeso de la capa y el tamaño de muchos granos, que no se explicarían si estuviéramos lejos del inicio del flujo. Quizá, se trata de depósitos ocurridos en un canal en el talud, o gruesos lóbulos emitidos a la salida de los mismo, o el depósito más inicial y basal de una avalancha, o algo similar.