Avalanchas submarinas en la Media Fanega

En esta pared de piedra, a punto de ser utilizada como escalera, hay unas capas que sobresalen más, y otras que hacen entrante:Las que hacen entrante, lo hacen porque son pizarrosas, y se disgregan con más facilidad y se desprenden. Las pizarras suelen derivar de arcillas depositadas en fondos marinos tranquilitos, ya que de lo contrario las pequeñísimas partículas de arcilla se mantendrían en suspensión.

Pero, de vez en cuando, sobre este fondo arcilloso se dejaban caer avalanchas procedentes de algún suave talud submarino. Las avalanchas llevaban consigo arenas, del talud y de lo alto del talud, que se extendían por una gran superficie por el carácter fluido de la avalancha. Esto dio lugar a las capas de areniscas, que son las que sobresalen, en la primera foto.

Al depositarse bajo la acción de una avalancha, las arenas presentan una laminación oblicua y curvada, propia de medios agitados (en esta foto, arenas muy finas):Dada la frecuencia de capas de arenas entre las pizarras, es tentador deducir que las avalanchas eran constantes. Pero hay que tener en cuenta que las arcillas entre dos avalanchas se depositaban lentamente, mientras que las arenas lo hacían de golpe, en una avalancha de horas. Además, durante la consolidación de las capas, las arcillas pierden mucho más volumen, por pérdida de agua, que las arenas. De ahí que un pequeño espesor de pizarras represente mucho más tiempo que el mismo espesor en areniscas. Aunque es innegable el gran número de avalanchas y su periodicidad; esto indica la inestabilidad del talud, por posible deformación tectónica y terremotos.

(Nota: algunos tramos de pizarras pueden representar la parte más alta del material depositado por la avalancha, al calmarse esta, además del depositado entre avalancha y avalancha; entonces la interpretación varía un tanto.)

Surgen también otras capas, muy gruesas, y con un tamaño de grano notablemente mayor:

Es probable que sean también resultado de un flujo desde el talud, pero con mayor proximidad al punto de origen, dado lo espeso de la capa y el tamaño de muchos granos, que no se explicarían si estuviéramos lejos del inicio del flujo. Quizá, se trata de depósitos ocurridos en un canal en el talud, o gruesos lóbulos emitidos a la salida de los mismo, o el depósito más inicial y basal de una avalancha, o algo similar.