Réquiem por una esponja

Aunque, a decir verdad, no tenía espaldas, porque su simetría era radial. Tampoco tenía huesos: su esqueleto era una doble pared cónica, con dos juegos de tabiques que iban de pared a pared. Por eso, algunas rodajas de su esqueleto, que es lo único que se encontró de su cadáver, lucían tal que así:


Descansa en paz, Arqueociátida cámbrica. Los pocos que supimos de tu existencia, siempre te recordaremos.
(Esta piedra viene de las canteras de Alconera, cerca de Zafra, provincia de Badajoz: más información en http://www.extremambiente.es/files/biblioteca_digital/patrimonio_2010/Patrimonio%203.13.pdf )