Lo que dan de sí 50 metros de cuneta (I)

Me encuentro esto en la cuneta de una pista:Son pizarras moradas. Las pizarras derivan de sedimentos muy finos, como arcillas; al irse acumulando y aplastando, las partículas microscópicas de arcilla, planas, se trasforman y reorientan en paralelo, y así aparecen los planos finos por los cuales se parten las pizarras sedimentarias. Luego, la pizarra fue plegada, y por eso los planos aparecen verticales: porque este tramo forma parte de uno de los lados de un gran pliegue erosionado.

Pero acerquémonos un poco:Está claro que aquí “ha pasado algo”, en el sentido más literal del término: ha pasado algún animal, o mejor dicho muchos, que marcaron sus surcos de desplazamiento en la superficie del sedimento del fondo marino. Al ser resultado de la locomoción del animal, se trata de “icnofósiles”, al igual que los rastros de excavación abordados en entradas pasadas de este blog.

Entre las capas de pizarra, hay una capita blanquecina de tacto más arenoso y con suaves ondulaciones:
Las ondulaciones son lo que parecen: marcas de corrientes u olas sobre arenas del fondo. Esto nos genera un problema: las partículas que dan origen a las pizarras son muy finas, y no podrían depositarse en un medio con olas y corrientes como el que indica esta capa arenosa. El problema desaparece si admitimos que, en un contexto general de fondo marino tranquilo, donde decantaban partículas finas, ocurrió un episodio en el que la agitación de las aguas profundizó más de lo acostumbrado, arrastrando hasta allí arenas y ondulándolas. Pudo ocurrir, por ejemplo, durante una tempestad. También pudo deberse a una avalancha desde un talud submarino, pero esto da rasgos algo distintos de los observados aquí. Otros orígenes son factibles.

Aparte de esta capita con ondulaciones, entre las pizarras se encuentran, en determinados puntos, unas grandes masas oscuras. Han sido desprendidas y rotas, pero aún se aprecia su disposición respecto de las pizarras verticales del talud (en la foto, abajo):Estas masas oscuras contienen los mismos minerales que las rocas vistas en las cercanas minas de Teuler (ver entrada correspondiente), pero con una mayor proporción de unas escamas verdosas brillantes, quizá cloritas ricas en hierro. Dados los minerales presentes, podría tratarse de lavas emitidas (o casi emitidas) a través del fondo marino, de composición basáltica o similar, y muy alteradas por fenómenos hidrotermales contemporáneos, y tal vez también posteriores.