Una costa rocosa en hundimiento entre Sierra Morena y la Depresión del Guadalquivir

Imaginemos una costa rocosa. ¿Qué podemos encontrar en ella? Naturalmente, la roca (bajo la línea negra), con una superficie irregular a consecuencia de la erosión (línea negra):

En las partes deprimidas (entre la línea negra y la amarilla) se acumularían trozos de las partes prominentes, arrancados por las olas. Entre esos trozos (círculos negros) pueden aparecer conchas de moluscos bivalvos (círculos amarillos):Los trozos de roca desprendidos, o los propios salientes, pueden presentar en su superficie pequeñas perforaciones, realizadas por organismos de medios costeros rocosos.

Ahora, supongamos que nuestra costa rocosa se encontraba en hundimiento progresivo. Entonces, sobre los materiales anteriores (sobre la línea amarilla de las fotos de arriba), se depositarían capas de arena o limo, que los irían enterrando. Así, lo que antes era costa rocosa, ahora es un fondo arenoso poco profundo. Entre las arenas podemos encontrar rellenos de tunelillos excavados por organismos, y conchas de bivalvos afines a las conocidas vieiras:

En otros puntos de esa costa, se formaron sólidos “bancos” de ostras, cuando las nuevas generaciones de ostras fueron creciendo adheridas a las conchas de sus antepasados. Las ostras suelen estar afectadas por perforaciones, como las piedras más arriba citadas:

En la siguiente imagen, Antonio apoya la mano sobre un banco de ostras, mientras que tanto él como Clemente y Tere apoyan los pies sobre la roca que sirvió de base al banco, la cual ha quedado expuesta por la erosión reciente, que está desmantelando el banco:

Otros fósiles que se encuentran en estos materiales, depositados por el mar al “trasgredir” la línea de costa tierra adentro, son los Clypeaster, Thalassinoides y bellotas de mar a que nos hemos referido en anteriores entradas de este blog, así como grandes conchas de “vieiras”, huesos de ballena o dientes de tiburón.

La mencionada “trasgresión” marina ocurrió durante la era Terciaria, periodo Neógeno, época Mioceno. Las Cordilleras Béticas estaban creciendo en el borde meridional de la gran isla que podemos llamar “Iberia”. Bajo su peso, la parte meridional de Iberia se dobló, quedó bajo el mar, y así apareció una depresión inundada, alargada entre las Cordilleras Béticas en formación y la Iberia emergida. Tal depresión se corresponde con la actual Depresión del Guadalquivir.

Pero entonces, como decimos, la Depresión del Guadalquivir no era tierra firme, sino mar. A medida que Iberia iba sufriendo la “flexura” por el peso de las Béticas, la línea de costa iba retrocediendo hacia el Norte, sobre los materiales de la actual Sierra Morena. Y un pulso de ese retroceso es  la trasgresión marina que motivó el depósito de todos los materiales aludidos en esta entrada. Sobre ella, se depositaron otras unidades; luego, la zona se elevó y todo quedó emergido y sometido a la erosión, y en ese punto estamos ahora.

Dado el origen que acabamos de explicar, esta formación lógicamente se extiende sobre los materiales de Sierra Morena y luego sigue hacia el sur bajo las posteriores unidades de la Depresión del Guadalquivir. Por tanto, aflora en superficie en una banda irregular y relativamente estrecha que de oeste a este pasa por Aznalcóllar, Gerena, Guillena, Villanueva de las Minas, etc., pegada a los materiales de Sierra Morena, pero formando ya parte de los de la Depresión del Guadalquivir.