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Mostrando entradas de 2017

El hábito no hace al mineral

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La hematites es un mineral que se puede presentar en cristales aplanados brillantes y grandes... ... o algo más pequeños... ... o más pequeños aún... ... o tan pequeños que ni se ven, y dan un aspecto mucho más homogéneo: Pero también puede formar grupos de bultitos redondeados, que al cortarlos muestran un patrón radial... ... aunque lo más común es encontrar la hematites con una pinta muy distinta, roja y más terrosa: Cuando aparece en forma de cristales con caras planas muy brillantes, se la llama hematites especular o especularita; cuando consiste en agregados de escamitas que se pegan a los dedos, se llama a veces micácea; si la superficie del agregado hace bultos redondeados, hematites en riñones o reniforme; hematites terrosa si lo mancha todo de polvo rojo; y podríamos añadir las bonitas rosas de hierro, bolitas, costras, etc. Y en todos los casos se trata del mismo mineral, porque tiene los mismos átomos (de hierro y oxígeno

Hematites en La Puebla de los Infantes

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Fijaos en esas hojas brillantes que componen la piedra. Son del mineral “hematites”, un óxido de hierro. Es una de las pintas que puede adoptar ese mineral. Aquí va otro ejemplo... ... entre otros muchos que hay en esta escombrera.. ... de una mina de la Puebla de Los Infantes. Cerca de este pueblo hay unas cuantas minas abandonadas donde se extraía la hematites. En otra de ellas, las escamas de hematites son mucho menores (que es lo más normal)... ... y el mineral se sitúa más o menos a lo largo de unos planos... ... que van en paralelo a las láminas de la caliza en la que se insertan... ... lo que indica que el fluido que portaba el hierro entró en la piedra a favor de la laminación. En otro punto cercano, se ve que el fluido penetró por una falla donde la roca se estaba haciendo añicos, y de hecho la hematites se encuentra entre los “añicos”: Son curiosas algunas señales de labores mineras. En una determinada zona hay numer

Bolas de bacterias en Gilena

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Curiosa piedra esta, formada por bolas blancas: Vistas de cerca, las bolas están formadas por capitas, como si fueran cebollas: En su núcleo, las bolas suelen tener objetos extraños. En el caso de la foto anterior, la bola del centro-izquierda tiene en su núcleo algo que parece una “peineta” que mira hacia la derecha. Si el mismo objeto lo cortáramos en perpendicular y por las púas, no tendriamos una peineta, sino una “rueda de bici”... ... así que, en tres dimensiones, el objeto vendría a ser como una copita con tabiques radiales. Es el esqueleto de un coral solitario, un bichillo parecido a una anémona. Tras la muerte del bicho, el esqueleto quedó en aquel fondo marino somero. Mientras era volteado por las olas, se vió recubierto por sucesivas capitas de bacterias verdeazuladas que hacían la fotosíntesis. Esas capitas, encostradas con carbonato cálcico del agua, son las capas de cebolla que componen las bolas. Otras veces, el núcleo de las bolas es u

Fósiles del Neógeno en Villanueva del Río

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En esta foto, a la izquierda tenemos una enorme ostra, y arriba en el centro un grupo de balanos. Aquí, otro grupo de balanos más de cerca... ... con sus formas de volcancitos hechos de placas triangulares (aunque por dentro lo que hay es más bien un tubo). Tanto las ostras como los balanos vivían pegados al sustrato, en fondos marinos someros y agitados. Los balanos formaban pequeños grupos, y las ostras podían construir verdaderos bancos al pegarse unas sobre otras: Ostras y balanos pueden encontrarse hoy en las costas de Cádiz o Huelva, solo que más pequeñitos. Seguimos con otros fósiles de las mismas capas de roca de Villanueva del Río y Minas: Este fósil está cortado. Se trata de un caparazón de Clypeaster, un tipo de erizo de mar plano por abajo y acampanado por arriba. No se ve bien, aunque sí se aprecia la fractura en romboedros del caparazón, y lo grueso que era. En otros ejemplares se notan los puntos de inserción de sus espinitas: Y seguim

El camino del agua en la Sierra de Estepa

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En lo alto de la Sierra de Estepa (me refiero al conjunto de sierras que hay entre Lora, Estepa, Gilena y Pedrera), la piedra caliza está como agujereada: En algunas canteras se ve cómo los agujeros superficiales se concentran y se prolongan en conductos hacia abajo: Tampoco faltan cavidades más horizontales, incluso verdaderas cuevas: Otra señal de la presencia de cavidades subterráneas son los “hoyos” que abundan en algunas zonas, resultantes de hundimientos subterráneos, o de la ampliación de la boca de los conductos descendentes: De modo que, al parecer, la piedra caliza que constituye estas sierras está llena de agujeros. El agua de lluvia se cuela por ellos, y chorrea por sus paredes hacia abajo. Pero a cierta profundidad, cualquier fisura está ya inundada, así que empieza a fluir por conductos horizontales hacia fuera de la sierra. Al final, el agua acaba “rebosando” sobre el borde de roca más impermeable que circunda toda