Filón de cuarzo en Peroamigo III: relleno
El cuarzo, la fluorita, la calcita, la galena y la blenda del filón de las minas de Peroamigo, que hemos visto en las entradas anteriores, constituyen el relleno de antiguas aberturas que se formaron en la masa rocosa. En las aberturas entró un fluido que llevaba los componentes de esos minerales. Por cambios en las condiciones físicas y químicas, los componentes empezaron a separarse del fluido y a depositarse sobre las paredes de las cavidades, en forma de cristales de cuarzo, fluorita, etc. Y así esos minerales fueron creciendo sobre la roca de alrededor, a expensas del fluido mineralizante.
Sobre el terreno se observa con frecuencia la roca de alrededor (más grisácea y de grano más fino) tapizada por costras de cristales de cuarzo:
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Aquí, una costra de cristales de cuarzo y de fluorita que recubre una arista de la roca (la esquina entre dos fracturas abiertas):
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Parece que a veces la fluorita se depositó antes que el cuarzo. Así, en esta pieza aparece la fluorita amarilla directamente sobre la roca (que es la parte más grisácea) y por debajo del cuarzo blanco:
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Si imaginamos una cavidad concreta alargada (un filoncito), tendríamos dos paredes planas opuestas, con los cristales creciendo sobre ambas paredes, y hacia la pared contraria. Es lo que aparece en la siguiente foto, donde los cristales de cuarzo crecieron más o menos desde la mano hacia abajo, y desde el plano horizontal inferior hacia arriba, dejando un pequeño espacio entre ellos:
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En otras ocasiones no queda espacio alguno y el hueco queda del todo sellado, como en este bloque, donde el bandeado se corresponde con sendos lados del relleno:
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Hay casos en los que el relleno queda muy lejos de completarse, y resta un vacío redondeado considerable, tapizado por puntas de cuarzo: las geodas (véase la entrada siguiente).
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Aquí, una costra de cristales de cuarzo y de fluorita que recubre una arista de la roca (la esquina entre dos fracturas abiertas):
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Parece que a veces la fluorita se depositó antes que el cuarzo. Así, en esta pieza aparece la fluorita amarilla directamente sobre la roca (que es la parte más grisácea) y por debajo del cuarzo blanco:
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Si imaginamos una cavidad concreta alargada (un filoncito), tendríamos dos paredes planas opuestas, con los cristales creciendo sobre ambas paredes, y hacia la pared contraria. Es lo que aparece en la siguiente foto, donde los cristales de cuarzo crecieron más o menos desde la mano hacia abajo, y desde el plano horizontal inferior hacia arriba, dejando un pequeño espacio entre ellos:
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En otras ocasiones no queda espacio alguno y el hueco queda del todo sellado, como en este bloque, donde el bandeado se corresponde con sendos lados del relleno:
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Hay casos en los que el relleno queda muy lejos de completarse, y resta un vacío redondeado considerable, tapizado por puntas de cuarzo: las geodas (véase la entrada siguiente).