Deformación de las rocas en la Media Fanega
En otra entrada de este blog ya hablamos de las capas rocosas de la Cuesta de la Media Fanega, originadas en un fondo marino. Pero esas capas no se encuentran en su disposición horizontal original, sino plegadas:
Unos pliegues son más suaves...
... mientras que otros son más angulosos, dispuestos como “en acordeón”. Estos segundos son muy típicos en apilamientos de capas donde alternan unas más resistentes (las areniscas, en nuestro caso) y otras menos (las pizarras):
En el contexto del plegamiento de la pila de capas, a consecuencia del diferente grosor y resistencia de las mismas, algunas de ellas sufren compresión entre las capas aledañas y estiramiento en paralelo a la capa, de modo que se constriñen a tramos:
Un estiramiento también puede ocasionar grietas, que se rellenan de venas de cuarzo blanco, removido de los granos de arena de cuarzo que forman las areniscas:
Se observa además, en la anterior foto, que las venas están cortadas y desplazadas a lo largo de una superficie de fractura. Tales superficies se dan a diversas escalas, y no necesariamente se limitan a una capa, sino que pueden desarrollarse entre dos capas, o atravesar muchas y medir cientos o miles de metros. Sea como fuere, en dichas superficies de fractura con desplazamiento (“fallas”), queda a veces registrado el “roce” entre los dos bloques:
En este caso no se trata de estrías generadas directamente por el roce, sino de cristales de cuarzo que crecieron en las zonas abiertas de la fractura, durante el desplazamiento. En semejante contexto, el crecimiento ocurrió en fibras alargadas, para acomodarse al movimiento de la fractura. Por tanto, la “lineación” mineral marca la dirección del desplazamiento.
Pero con esa dirección caben aún dos posibilidades: que el bloque que se ve sea el que se desplazó hacia arriba, o que sea el que se movió hacia abajo. Para solucionar la duda, se fija uno en los pequeños escaloncitos apreciables en la superficie, y se aplica la siguiente regla: “los escalones correspondientes de paredes opuestas tienden a separarse”. Según ese criterio, en la siguiente foto, el bloque que se ve es el que se desplazó hacia abajo, y el retirado por la erosión es el que se desplazó hacia arriba:
Pero con esa dirección caben aún dos posibilidades: que el bloque que se ve sea el que se desplazó hacia arriba, o que sea el que se movió hacia abajo. Para solucionar la duda, se fija uno en los pequeños escaloncitos apreciables en la superficie, y se aplica la siguiente regla: “los escalones correspondientes de paredes opuestas tienden a separarse”. Según ese criterio, en la siguiente foto, el bloque que se ve es el que se desplazó hacia abajo, y el retirado por la erosión es el que se desplazó hacia arriba:
Cada una de estas tres superficies vistas están cubiertas de tales estrías minerales:
Pero, ¿qué causó todo este conjunto de deformaciones en las capas de roca, horizontales en origen? Veamos. Son capas depositadas bajo el mar, en los márgenes de un continente. Al colisionar con otro continente, las capas quedaron atrapadas entre ambos y se deformaron, como parte de una gran cordillera. La zona de colisión entre ambos continentes de hecho existe, y discurre más o menos por la Sierra de Aracena, y luego se dobla hacia el Sur por la zona del río Viar; todo lo que queda entre esa zona y la Depresión del Guadalquivir, son materiales deformados pertenecientes a aquella pila de capas en el margen de uno de los continentes que chocaron. Es una de las colisiones entre continentes acaecidas durante el Carbonífero, y que condujeron a la formación de un grandísimo supercontinente: Pangea. Iberia es un trozo trasformado de Pangea, así que es normal que esto esté ahí.