Curiosos cuarzos "descascarillados"

Los cristales crecen a base de incorporar capas de partículas, procedentes del fluido donde se encuentran. Un ejemplo es el de las salinas: los cristalitos de sal van creciendo a expensas de las partículas de sal contenidas en el agua marina. 

Otro ejemplo es el de las geodas y drusas de cuarzo. En este caso, los cristales de cuarzo crecen sobre las paredes de un hueco en la roca. El hueco contiene un líquido rico en sílice. Las partículas de sílice del fluido van encajándose ordenadamente sobre las caras de los cristales de cuarzo, y así los hacen crecer, capita a capita. 

A veces una de esas capitas puede adoptar un aspecto distinto. Es el resultado de un cambio circunstancial de las condiciones de crecimiento o las características del fluido. Por ejemplo, pueden incorporarse de pronto pequeñas bolsitas de fluido dentro del cristal, lo que vuelve al material más opaco y lechoso. Así se queda marcada una capita más blanca en el cristal, a modo de línea de crecimiento

También puede ser que, en un determinado momento, el fluido deje cristalitos pequeños de otros minerales sobre las caras de los cristales de cuarzo. Pero el cuarzo sigue creciendo, y engloba a los cristalitos del otro mineral. Así se forma dentro de los cuarzos una capita con muchas "inclusiones" del mineral extraño

Tal vez luego esas inclusiones son alteradas y vaciadas, y entonces se forman huecos dentro del cuarzo a lo largo de esa línea. Si son muchos y quedan justo bajo la capita final, esta última queda a modo de cáscara y puede romperse. Esto puede explicar el aspecto de los cuarzos de las siguientes fotos, que son un trozo de drusa arrancado por maquinaria al hacer un cortafuegos en cierto rincón de Sierra Morena.

Corte de los cristales de cuarzo que muestra "líneas de crecimiento". Son líneas que indican sucesivos momentos en el crecimiento de los cristales. Quedaron marcadas porque ocurrieron variaciones en las condiciones de crecimiento. En particular, la flecha blanca indica el momento en que, sobre los cristales de cuarzo, se depositaron muchas "inclusiones" de otro mineral, probablemente un sulfuro u óxido metálico. Más tarde el agua de lluvia y el aire penetraron y alteraron las inclusiones, y las vaciaron en su mayor parte. Los pequeños espacios huecos resultantes facilitaron finalmente que los cristales se "descascarillaran" con los golpes, como muestran las siguientes fotos. 

Aspecto de las puntas de los cristales de cuarzo desde arriba. Algunos cristales aparecen descascarillados, como si se les hubiera roto una cáscara externa más blanca que el interior.

Ídem. 

Ídem.

Dos cristales en los que se distingue muy bien la "cáscara" blanca de fuera, la parte de dentro más gris y traslúcida y, entremedias, el fino espacio hueco, ocupado parcialmente por un enrejado de una sustancia ocre, producto de la alteración de las inclusiones. 

Aquí se aprecia que tanto la cáscara blanca como lo gris de dentro tienen caras paralelas, señal de que son partes del mismo cristal.