El rastro de un gusano plano

 


Esto es un trozo de fondo marino petrificado del Cámbrico inferior, hace más de 500 millones de años. Se le nota una marca, más clara que el resto de la piedra. 

Por el trazado, la marca recuerda a un rastro de una babosa, larva o gusano que se haya deslizado sobre la piedra hace unos cuantos días. Pero, vista de cerca, se distingue que no es una mancha, ni tampoco un roce, sino que pertenece a la propia piedra. Y es que se trata de un rastro, sí, pero no actual, sino fosilizado. Fue realizado en aquel fondo marino del Cámbrico, y se petrificó junto con él.

En concreto, es un rastro llamado Sericichnus mureroensis. Me lo dice Eduardo Mayoral, quien, junto con Eladio Liñán, descubrió, describió y bautizó a este tipo de rastro fósil. Ichnus significa huella; seric- se refiere al brillo sedoso, distinto al del resto de la piedra. Y mureroensis significa "de Murero", donde lo descubrieron. 

Pero el ejemplar de la foto, que no es por nada pero es bastante bueno, no lo ha encontrado Eduardo en Murero, sino yo en la Sierra Morena sevillana. Y ahora es cuando me cuelgo mi medallita... 

He leído las características que establecieron Liñán y Eduardo para Sericichnus mureroensis. Creo que el ejemplar de la foto recoge unas cuantas:

  • La anchura del rastro no es siempre exactamente la misma. Tiene que ver con que el bicho que lo hizo era blando y probablemente se movía estirándose y encogiéndose, o sea, estrechándose y ensanchándose 
  • El rastro es más brillante que el resto de la piedra. Se debe a una mayor abundancia de escamitas de ciertos minerales. Y esto a su vez podría deberse al moco segregado por el animal, y sus consecuencias en las partículas del fondo marino y su petrificación.
  • No se ven ramificaciones.
  • Es muy plano, aunque no totalmente. Si a la marca de la foto le da la luz de refilón, se nota que hace un pelín de bulto en algunos tramos. Así que en realidad no es una marca absolutamente plana, sino que tiene un cierto espesor. La misma forma del bicho que lo hizo, probablemente un "gusano plano" o similar.
  • El trazado puede ser más o menos recto o sinuoso. En la foto se aprecian ambas tendencias.
  • El rastro puede estar atravesado por otro rastro igual, y también puede hacer un rizo y pasar sobre sí mismo. En la foto parece que ocurre lo segundo, pero si nos fijamos bien creo que ocurre más bien lo primero. Hay dos rastros grandes de parecido tamaño que se cruzan, uno que hace una U en cursiva, y otro que hace una A también en cursiva. Aunque nos falta piedra para aclarar del todo si se trata de dos rastros o de uno solo.
  • Cuando un rastro atraviesa a otro, puede borrarlo en una franja estrecha pegada al rastro nuevo. Eso se ve por lo menos dos veces en el ejemplar de la imagen, una bajo el cruce de la izquierda, y otra sobre el cruce de la derecha. O sea que la U estaba antes que la A.
Además de los rastros anchos, en la piedra hay muchos otros más pequeños que no se ven bien en la imagen. 

Por lo demás, esta muestra fue "rescatada" de un talud de un camino, en una situación un poco delicada, y ahora está en manos de Eduardo para su estudio, y según me dicen acabará en las vitrinas del aula-museo de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Huelva.

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Actualización. A continuación añado una serie de fotografías de un magnífico afloramiento, muy probablemente de este mismo tipo de rastros, también en pizarras del Cámbrico Inferior, pero en otro lugar de Sierra Morena. Cuando escribí los párrafos anteriores ya había encontrado este afloramiento, pero no me percaté de la naturaleza de los rastros hasta leer más tarde la descripción de Sericichnus mureroensis, al hilo del ejemplar anterior.