Azurita y malaquita en Juan Antón


Las manchas azules y verdes que tienen las piedras en esta escombrera minera, cercana a Juan Antón, son costras de azurita y malaquita. Son dos minerales de cobre.

Cuando el agua de lluvia se infiltra en el suelo, suele disolver CO2 de la respiración de los organismos que allí viven, y ese CO2 se trasforma en carbonatos en el agua. El agua sigue bajando por las fisuras y poros y, si encuentra sulfuros de hierro y cobre en la roca (pirita, calcopirita), los trasforma y se disuelven esos metales. Luego una parte del cobre disuelto puede combinarse con el carbonato del agua y con la propia agua, y generar costras de carbonatos hidratados de cobre: azurita y malaquita.

La malaquita tiene más agua que la azurita en su composición, y de hecho la azurita suele trasformarse en malaquita por hidratación. Eso se aprecia en algunas costras de estas piedras, que pasan de azul a verde. A veces la azurita forma cristalitos alargados, y también la malaquita, aunque en las fotos no pueda apreciarse.

Estos minerales son indicios de yacimientos de cobre, porque, más abajo, al llegar el agua a una profundidad donde ya todas las fisuras están inundadas, el cobre disuelto suele depositarse en forma de sulfuros de cobre (covellina, calcosina) de manera concentrada. Puede que esto fuera lo que se explotó en los pozos y galerías de alrededor de las escombreras donde hice las fotos:

En dichas escombreras se encontraban algunas costras negras con un ligero tono azulado, que tal vez fueran los sulfuros de cobre aludidos. Y óxidos e hidróxidos de hierro y quizá de cobre, también producto de la alteración de los sulfuros metálicos por parte de las aguas infiltradas. Pero lo más vistoso, desde luego, es el verde de la malaquita, y sobre todo el azul de la azurita.

En relación con las entradas anteriores de este blog, nótese que, ahora, tampoco hemos tenido que acudir a la formación de filones para explicar la concentración de minerales de interés.