Garganta en granitos, en Almadén de la Plata

Veamos esta pared vertical de roca en el arroyo de la Calzadilla, en Almadén de la Plata, algo al sur del parque de El Berrocal
Si nos asomamos al fondo a la izquierda, observamos que la garganta se estrecha todavía más, y entre las dos paredes verticales queda encajado un gran bolo de roca:
Y si nos colocamos a la altura de dicho gran bolo y miramos aún más al fondo, es decir aguas arriba, tendremos delante algunos otros bolos:
La roca es un granito, pero, ¿cómo se formó una gargantita tan estrecha y con paredes tan verticales? Es que en el granito se introdujo un cuerpo vertical, tabular, de magma líquido, cuya composición hizo que, al solidificarse, diera una roca más sensible a la alteración y la erosión que el granito circundante; y al quedar expuesto todo a la intemperie y a la acción del arroyo, este se llevó por delante poco a poco ese cuerpo vertical, y se instaló en el hueco que restó; de ahí la forma de la garganta. Esa, al menos, es la explicación que da la “Guía geológica e itinerarios” del P.N. Sierra Norte de Sevilla. Yo no vi ningún resto de ese dique, pero es verdad que tampoco lo busqué. En cuanto a los bolos encajados que penden sobre el agua, son de granito. Los bolos se generan cuando las aguas de lluvia se meten por las fisuras del granito, lo alteran y lo acaban reduciendo a arena y arcillas; como las fisuras suelen constituir varias familias de planos paralelos entre sí, dividen al granito en bloques prismáticos, que se van redondeando conforme avanza la alteración desde las fisuras. Esto, en un estado incipiente, se observa por encima de una de las paredes de la garganta:
Creados ya los bloques, la ley de la gravedad y la fuerza del agua arrastraron algunos de ellos hacia la garganta, y la casualidad quiso que varios tuvieran el tamaño justo para quedar encajados entre las paredes. Ese es el motivo de la curiosa aparición del bolo por encima del agua. Veámoslo desde arriba:
La luz solar sobre el bolo quema la foto, pero también se refleja hacia la pared, iluminando así una gran “mancha” oscura de la roca. Hay otras de esas manchas:
Se trata de partes incluidas dentro del granito, pero que no son granito, ni tienen que ver con el cuerpo vertical erosionado, aunque también proceden de la solidificación de un magma. Si dirigimos ahora la mirada aguas abajo...
... tendremos que el granito acaba, y comienza, asentado sobre él, un depósito de bloques de roca que nada tiene que ver con el arroyo actual. Es el comienzo de los materiales de relleno de una antiquísima depresión continental, circundada de montañas, que se abrió durante el final del Carbonífero en el interior de una gran cordillera que existía en el supercontinente Pangea:
A la vista de las fotografías, resulta claro que los bloques son de distintas rocas, se disponen sin orden ni concierto, y son de diversos tamaños, algunos enormes, y en general poco redondeados. Esto significa que no fueron trasportados una larga distancia por cursos de agua, que tienden a reducirlos, redondearlos y depositarlos en capas más ordenadas de tamaños más homogéneos. Son, en cambio, acumulaciones más bien caóticas cercanas al pie de los grandes relieves que rodeaban la cuenca, vertidas por corrientes breves y bruscas. Esto concuerda también con que estemos en lo que fue el borde de la depresión en un momento dado. No obstante, hay algunas capas mejor definidas:
De todos modos, si nos adentramos un poquito en la cuenca y nos alejamos de su borde, encontraremos capas de conglomerados más ordenaditas y cabales, como las que se tratan en la siguiente entrada de este blog.