Nubes-globo sobre el Cerro del Hierro

Ya hablamos hace tiempo de las piedras del Cerro del Hierro. Ahora elevemos la mirada hacia las nubes:


En el centro de la imagen hay una nube bien formada, mientras que las restantes están medio deshechas. Son fases distintas de un mismo proceso. Veámoslo mejor en este otro caso:


Sobre las cabezas de los turistas (hacia el centro de la imagen, pero un poco abajo y un poco a la izquierda) se dibuja una línea nubosa horizontal, desde la que crecen hacia arriba otras partes de la misma nube. En esta foto se aprecia mejor:


Unos minutos después, algunas de las partes ascendentes han tomado más cuerpo, y están coronadas por bultos redondeados:


Pero al final acaba pasando lo siguiente: que las partes que suben se despegan de la base, y quedan como globos a los que les cuelga la cuerdecita...



... y luego se deshacen:


La base horizontal de la que parten, está en el contacto entre una capa de aire inferior calentada, y otra superior más fría. Las partes ascendentes son como burbujas del aire caliente, que suben por pesar menos. Lo hacen con facilidad, lo que significa que allí el aire es inestable. Pero como no se trata de una ascendencia de aire desde el suelo, con un aporte importante de humedad, las burbujas suben un poco, se estrangulan y se disipan.

Eso sí, cuando un cúmulo potente originado en el suelo llega hasta esos niveles tan inestables, puede dispararse y formar tormenta. Lo he visto en algunas tormentas de verano en Sevilla. De hecho, aquella misma mañana de agosto había escuchado en la radio que “no se descartaban tormentas en la Sierra Norte”. Por fortuna (o por desgracia, dado el calor), no fue el caso.

Estas formas nubosas se ven con relativa frecuencia en las tardes más tórridas del verano del suroeste de la península.