Sobre los 51 grados medidos en Sevilla en 1876


Vuelve a pulular por las redes sociales lo de que en Sevilla se registraron 51 grados de temperatura máxima el 30/07/1876. Aclaremos a vuelapluma la cuestión. 

Lo primero: sí, se trata de una medición real, tomada en la estación meteorológica de Sevilla Universidad; se recogió en el anuario oficial de observaciones de ese año, figura en un documento de 1884 del observatorio de Madrid, fue citada en sus trabajos por el gran meteorólogo Font Tullot y otros, y apareció en artículos de prensa, y en el pasado ha sido tenida por la temperatura más alta medida en Europa.

Pero fue una porquería de medición. Esa y todas las demás del siglo XIX de esa estación (y de otras estaciones). Algunos argumentos a continuación:

1. Si uno coge la serie de datos de temperaturas medias anuales de 1871-1970 de esa estación, hay un escalón clarísimo hacia abajo después del cambio de siglo. Parece como si todos los datos posteriores hubieran sido desplazados hacia abajo en bloque, en comparación con todos los datos anteriores. Lo mismo ocurre si se toma la serie de medias mensuales. Eso canta bastante a error artificial, producido por un cambio en la técnica de medición, o en las circunstancias de la estación meteorológica.

2. En esa misma serie de 1871-1970 de la estación Sevilla Universidad, las temperaturas máximas llamativamente altas se acumulan todas antes de 1900: la de 51 grados del 30/07/1876, la segunda más alta que es de 49,8, otra de 48,5... Todas bárbaras, todas anteriores a 1900. Toda la pinta de que las mediciones del siglo XIX exageraban las máximas en esa estación.

3. Las oscilaciones térmicas diarias mayores se acumulan también en esa primera parte de la serie 1870-1970. De los doce meses del año, ocho tienen sus oscilaciones térmicas diarias máximas antes de 1900, y todos antes de 1910. Más de lo mismo: sistemáticamente, antes del cambio de siglo se medían máximas diarias más altas, y en el cambio de siglo bajaron de pronto y de manera permanente. Raro, raro.

4. Para no alargar la cosa, tachán, resulta que las garitas estándar para proteger bien los sensores y medir bien las temperaturas se fueron implantando a principios del siglo XX. Esa estación concreta, al igual que otras muchas, en el siglo XIX tenía otro tipo de instalación, más expuesta por los lados, lo que exagera sobre todo las máximas. Además hay quien tiene ciertas dudas sobre la adecuación del entorno de aquella estación, por paredes cercanas y falta de aireación.

En conclusión, los datos del siglo XIX de esa estación, ni son muy fiables, ni pueden compararse sin corrección con los del siglo XX. Y lo mismo pasa en otras estaciones, porque la homologación del procedimiento de medición se fue haciendo a principios del siglo XX en España. Si se hubiera medido como se hizo durante el siglo XX, el valor obtenido ese mismo día 30/07/1876 habría sido menor. Lo que no quita que aquella ola de calor de finales de julio y principios de agosto de 1876 fuera de hecho muy destacada por las altas temperaturas desde el sur hasta el norte de la península Ibérica, y también en Francia.  

Referencias: 

Capel Molina, J.J. (1976), "Un siglo de observaciones térmicas en Sevilla 1871-1970", Cuadernos geográficos 5 y 6. 

AEMET (2007) "Resumen de extremos climatológicos de España".