Los colores del agua en la Faja Pirítica

Estos son los famosos colores del agua del  río Tinto:


En realidad no solo los presenta el Tinto, sino también el Odiel y un montón de afluentes suyos. Son los cauces que pasan por las minas de piritas del Andévalo onubense y su prolongación hacia Sevilla y Portugal. Esta franja de terreno, no por casualidad, se llama "Faja Pirítica".

La gris pirita. ¿De dónde salen esos colores de los cauces? De algo tan gris y triste como esto:


Son rocas hechas de una especie de granos de arena grises. La mayoría de los granos son del mineral pirita. Este es el aspecto más común de las piritas "masivas" de la Faja Pirítica. Aunque a veces la pirita ha "recristalizado" y los granos de las masas son más gordos:


En otras ocasiones la pirita se encuentra diseminada en rocas distintas, remivilizada en algunos filones, etc.

¿Cómo se le sacan los colores a las piritas? A estas grises piritas les pasa como a algunas personas: su aparente grisura puede desplegarse en múltiples colores, con tal de que se las espabile con agüita y se les permita tomar oxígeno. Veámoslo paso a paso, color a color.

Agua verde. El agua y el aire entran en contacto con la pirita. Esto tiene lugar tanto dentro de las minas (mediante galerías, pozos, cortas) como fuera de ellas (en las acumulaciones de piritas extraídas). Entonces, el agua y el aire hacen "reaccionar" a la pirita. Su sulfuro se une con agua y oxígeno para formar sulfúrico (sulfato más acidez), mientras que el otro componente de la pirita, el hierro ferroso, queda suelto y disuelto. En consecuencia, el agua se carga de: sulfato, acidez, ferroso. Y ese agua con ferroso ya tiene un color verdoso. Comprobémoslo en esta imagen del "banco de imágenes geológicas" de Nacho Benvenuty:


Sales verdes. En la misma foto del enlace anterior destacan en la orilla unas bonitas sales verdes. Surgen al evaporarse el agua que empapa la orilla. Y se componen de lo que lleva el agua: sulfato, ferroso, agua. Es la melanterita.

Sales azules. También es melanterita esto que cuelga del techo de una galería minera, allá donde rezuma el agua de las piritas (fotografías de Ángel Domínguez):



En este caso es azul, pero al parecer la han analizado y es de hecho melanterita. Hay una sal azul muy parecida, la calcantita, que lleva cobre en vez de ferroso. El cobre de la calcantita procede de sulfuros de cobre que acompañan a la pirita.

Sales amarillo-verdosas. Ahora observemos estas otras sales de color amarillo verdoso, que parecen "supurar" de las piritas de algunas escombreras mineras: 




Se trata de copiapita. Su formación y composición no son muy distintas de las de la melanterita. Pero, por la mayor aireación, una parte del hierro ferroso ya se ha convertido en hierro férrico. El paso de ferroso a férrico lo entenderemos mejor a colación de las aguas rojas.

Agua roja. Cuando el agua verde con ferroso fluye a la intemperie, toma más oxígeno. Entonces el oxígeno le roba electrones al hierro ferroso, y lo convierte en férrico. Unos microbios colaboran en el robo. Y el hierro férrico es lo que le da al agua el típico colorín colorado:


Cuando el cambio de ferroso a férrico ocurre ya en el agua que impregna las piritas (cosa frecuente), pasa algo importante. Y es que el férrico ataca a la pirita, y produce sulfato, acidez y ferroso; luego el ferroso pasa otra vez a férrico; el férrico vuelve a atacar a la pirita y a generar más sulfato, acidez y ferroso; y así sucesivamente, mientras haya oxígeno. Es un círculo vicioso. La clave es que los microbios aceleran mucho la transformación de ferroso en férrico, y con ella todo el círculo vicioso. Por eso se generan tantas aguas ácidas. 

Costras amarillas. El férrico del agua roja tiene propensión a juntarse con las demás cosas que lleva el agua, formar minerales sólidos, y quitarse del medio (del medio líquido). Pero la acidez del agua tiende a impedírselo. Sin embargo, con ayuda de unos microbios, parte del férrico acaba lográndolo. Así aparecen sobre el lecho costras de minerales amarillos:


Los minerales son sobre todo jarosita y schwertmannita. Se componen de sulfato y férrico y también de oxígeno, hidroxilo (OH surgido de la "rotura" de agua) o agua. La jarosita se forma cuando el agua es muy ácida, y la schwertmannita cuando es algo menos ácida. Curiosamente, la formación de schwertmannita produce más acidez. Así se llega a un equilibrio y una buena parte del hierro sigue disuelto y el agua se mantiene ácida y roja. 

Las terracitas amarillas que se ven represando el agua roja, son las formas que adoptan los "tapices" de microbios que realizan la transformación y se encostran con el resultado (fotografía de Ángel Domínguez): 


Sales blancas. Vayámonos ahora a las orillas de un río de agua roja en verano:


Nuevamente lo blanco son sales nacidas de la evaporación de la humedad en la orilla a expensas de lo que lleva el agua. Solo que ahora el agua lleva más cosas. Su acidez ha arrancado de las pizarras y rocas volcánicas que atraviesa aluminio, potasio, calcio, magnesio. La presencia de oxígeno es grande. Y el hierro tiende a seguir disuelto o a formar las costras amarillas ya comentadas. Así que ahora las sales de evaporación tienden a llevar más variedad de elementos. Algunos nombres de estas sales son: halotriquita, kieserita, pickeringita, alunógeno, yeso, epsomita... 

Más sales. La melanterita mediante deshidratación puede convertirse en sales de colores menos llamativos: rozenita, szomolnokita. La copiapita puede ir acompañada de coquimbita, y alterarse a otras. Y ya hemos visto la variedad de sales blancas que pueden aparecer... Este tema de las sales de evaporación derivadas de las piritas es muy complejo: hay un montón, algunas se trasforman en otras por deshidratación u oxidación, y es muy difícil distinguirlas a simple vista. De todos modos, antes o después llueve, las sales son más o menos redisueltas, y los componentes vuelven al agua.

Algas verdes. Ciertas algas capaces de crecer en estas aguas ácidas y tóxicas son de un color verde intenso. A veces desde lejos da la impresión de que es la propia agua la que tiene ese tono:
 


Brezos verdes y rosas. En las orillas crecen muy pocas plantas. La más característica es el brezo del Andévalo, que adorna las riberas con el verde de sus hojitas y el rosa de sus flores:



Como resumen parcial de todo este panorama valga la siguiente fotografía. Lo marrón anaranjado podría ser ferrihidrita, un mineral compuesto de oxígeno, hidroxilo y hierro férrico que también se separa del agua a modo de costras en determinadas condiciones:


Gossan rojo, amarillo y negro. Lo dicho hasta ahora sucede principalmente como consecuencia de la minería. Pero las masas de pirita se alteraban ya antes, si quedaban cerca de la superficie del terreno. Y, con el tiempo, lo que restaba en su lugar era el "gossan", donde abundan minerales coloridos que son óxidos e hidróxidos de hierro: hematites roja, limonita amarillenta, goethita negra (a veces con irisaciones):




Todos estos colores nacen de la grisura de la pirita, cuando se airea y se moja. Quizá puedan extraerse algunas interpretaciones más allá de lo mineral.