La realidad de la siembra de nubes y la geoingeniería

Estelas de condensación ("contrails"), y no "estelas químicas" ("chemtrails").

Los defensores de la teoría de la conspiración de los chemtrails dicen que las estelas de condensación de los aviones (esas líneas blancas que con tanta frecuencia se ven en el cielo) son en realidad estelas químicas o "chemtrails", que contienen sustancias liberadas adrede para hacer daño a la población o para modificar el tiempo o el clima. ¿Es eso verdad?

El truco es que hay en ello verdades y mentiras. Es verdad que han existido, existen o se propone que existan en un futuro diversas actividades, realizables desde aviones, que implican o implicarían la liberación de sustancias dañinas para la gente o modificadoras del tiempo o del clima. Pero es mentira que esas actividades tengan que ver con las estelas de condensación. También es mentira que todas esas actividades estén ejecutándose y además a gran escala.

Lo que hacen los defensores de la teoría de la conspiración es tomar elementos sueltos de todas esas actividades, sacarlos de su contexto real, distorsionarlos, mezclarlos entre sí y con elementos ficticios, y asociarlo todo con las estelas de condensación, de suerte que aquellas actividades parezcan tan omnipresentes, frecuentes y consumadas como las estelas, y por tanto producto de un plan a escala global. 

Para poner orden en todo ese revoltijo fabricado por estas personas, vamos a describir en esta entrada las diferentes actividades que implican liberación de sustancias al aire y que pueden ejecutarse desde aviones. Algunas de ellas llevan muchas décadas en aplicación, mientras que otras son solo propuestas nunca ejecutadas. Las dividiremos en tres grupos: actividades de siembra de nubes, actividades de ingeniería climática, y otras actividades. Ninguna de ellas tiene que ver, repito, con las estelas de condensación. 

A lo largo del texto, irán surgiendo términos que aparecen en la teoría de la conspiración de los chemtrails: geoingeniería, cambio climático, Bill Gates, aluminio, trimetilaluminio, yoduro de plata, ingeniería solar, plomo, aerosoles, fumigación, manejo de la radiación solar, filamentos, armas químicas, virus, calentadores, HAARP... Pero aquí aparecerá cada cosa en su contexto.

Vayamos por partes.


1. ACTIVIDADES DE SIEMBRA DE NUBES. 

En los siguientes párrafos vamos a ver en qué consiste la técnica de siembra de "núcleos" en las nubes.

¿Qué son los núcleos? Las gotitas de agua o cristalitos de hielo que constituyen una nube, a duras penas aparecen en aire perfectamente limpio. Necesitan ciertas partículas presentes en el aire normal. Estas partículas recogen el agua gaseosa del aire, para formar sobre sí las gotitas o los cristalitos. Funcionan por tanto como "núcleos", alrededor de los cuales se forman gotas y cristales. Unos núcleos son apropiados para gotitas, y otros, más escasos, para cristalitos. Los cristalitos además requieren que la nube sea "fría", claramente por debajo de los cero grados. 

¿Cuál es la importancia de los núcleos? La cantidad, tamaño y tipo de núcleos condicionan la cantidad, tamaño y proporción de gotitas y cristalitos en la nube. Por tanto también influyen en los procesos de unión de gotitas entre sí, y en los procesos de crecimiento de cristalitos a expensas de las gotitas. Ambos procesos son los que inician el engorde de las gotas o cristales, que puede desembocar en la precipitación. Por tanto, los núcleos son muy importantes tanto en la formación y evolución de la nube como en la precipitación. 

¿Qué es la siembra de nubes? Por lo que acabamos de decir en el párrafo anterior, cabe pensar que, añadiendo artificialmente núcleos a las nubes, pueda modificarse su evolución o su precipitación. En eso consiste la "siembra de nubes", que en realidad es la siembra artificial de núcleos en las nubes.

¿Qué núcleos se usan en la siembra? En las nubes frías se siembran núcleos para cristalitos de hielo, que normalmente son partículas de yoduro de plata y de potasio. En las nubes cálidas se siembran núcleos para gotitas, usualmente partículas de sal. No obstante, durante los tres cuartos de siglo que llevan haciéndose siembras, se han probado muchas otras sustancias: partículas de telururo de magnesio, de yoduro de plomo, de cloruro de calcio, de ácido clorosulfónico, de urea, de nitrato de amonio... Otra técnica consiste en forzar la aparición de nuevos núcleos de hielo a partir de la propia humedad natural del aire, a base de enfriar muchísimo una zona de la nube, lo que se logra mediante la expansión de dióxido de carbono sólido o de propano líquido. 

¿Cómo se siembran los núcleos? Los núcleos pueden liberarse mediante dispositivos mecánicos, bengalas, cohetes, globos, quemadores o generadores, ya sea desde estaciones en tierra, desde barcos en el mar o desde aeronaves en el aire. Esa es a grandes rasgos la gama de posibilidades. 

¿Dónde se siembran? Los núcleos se colocan dentro de la nube o dentro de las corrientes de aire que la alimentan. Es importante que lleguen al lugar oportuno de la nube oportuna en el momento oportuno. Por eso es muy importante el uso de radares meteorológicos específicos que detecten la trayectoria y la evolución de las nubes. En cualquier caso, los núcleos se siembran siempre en una nube ya existente; nadie ha creado una nube de la nada sembrando núcleos en el aire despejado. 

¿Para qué se siembran? Las modificaciones más frecuentemente buscadas con la siembra son: reducción del tamaño del granizo, disipación de nieblas frías, incremento de la precipitación, y disminución de la precipitación durante eventos sociales. (También se han propuesto varios procedimientos de siembra de nubes para contrarrestar el calentamiento global, pero los veremos más adelante, en el apartado de geoingeniería.)

¿Las siembras son efectivas? Los efectos de una siembra dependen de muchos factores, algunos de ellos complejos y poco controlables: cantidad y tipo de los núcleos naturales ya existentes, cantidad y tipo de los núcleos artificiales añadidos, tipo de nube sembrada, nube concreta seleccionada, funcionamiento interno de esa nube, punto exacto de la nube en que se introducen los núcleos, momento del desarrollo de la nube, situación meteorológica en el entorno... A eso hay que añadir que aún desconocemos importantes aspectos del funcionamiento de las nubes y, en especial, de su relación con los núcleos. Así las cosas, no es extraño que la siembra pocas veces logre sus objetivos. En general, los resultados son indetectables o modestos. Además son difícilmente comprobables, dado que no podemos saber con exactitud cómo habría evolucionado la nube sin siembra. La evaluación del éxito solo puede hacerse de manera aproximada en programas de siembra prolongados en el tiempo, mediante comparación con los datos históricos anteriores a la siembra. La rentabilidad económica es bastante discutible, la previsibilidad de los efectos reales baja, y los efectos adversos e indeseados no son descartables. En cualquier caso, si una siembra tiene efectos, estos se notan a escala de kilómetros y de horas, no más.

¿En qué situaciones tiene la siembra alguna efectividad? En ciertos contextos y con ciertos fines, sí se alcanza un cierto éxito. Por ejemplo, la siembra funciona bien para la disipación de nieblas frías en aeropuertos. Podría funcionar hasta cierto punto en las campañas antigranizo caras y bien diseñadas. Y parece que puede funcionar en alguna medida en el aumento de la precipitación de nubes orográficas en contextos montañosos. Para aumentar la probabilidad de éxito, hay que conocer muy bien la nube sembrada (mediante radares) y colocar la cantidad adecuada de núcleos en el lugar adecuado de la nube adecuada en el momento adecuado, lo que es técnicamente difícil.

¿Se hacen en realidad siembras de nubes? Sí, se vienen haciendo desde mediados de los años 1940, tras las experiencias pioneras de Schaeffer y Langmuir. Baste decir que en 2017 había más de 50 países con programas operativos de siembra de nubes, y que existen numerosas empresas en el mundo que se dedican a ello. A continuación trataremos las distintas aplicaciones de la siembra, y mencionaremos ejemplos reales.


1A. SIEMBRA PARA INCREMENTAR LA PRECIPITACIÓN

Objetivo. Uno de los efectos que se pueden buscar con la siembra de núcleos en las nubes es el incremento de la precipitación. Se puede desear incrementar la precipitación por varios motivos: aumentar la humedad del suelo cultivado, limpiar el aire contaminado de las ciudades, alimentar embalses de montaña, acumular nieve en las montañas a modo de reserva, perjudicar vías terrestres en guerras... 

Eficacia. En general, la eficacia de la medida es discutible, y aún más su rentabilidad económica. Al parecer, los mejores resultados se obtienen con las nubes orográficas en zonas montañosas. En los casos concretos divulgados como casos de mayor éxito, se habla de supuestos incrementos de la precipitación de hasta un 20%. En general, los fiascos han sido lo más común.

Ejemplos en España y otros países. Las únicas campañas españolas de siembra de nubes para aumentar la lluvia que conozco son las del PIP y las de Canarias, así que añadiré casos de otros países:  

- Proyecto de Intensificación de la Precipitación en España. En 1975 la Organización Meteorológica Mundial inicia su Proyecto de Intensificación de la Precipitación o PIP. Su objetivo era investigar las posibilidades de la siembra de nubes para el incremento de la precipitación. El proyecto tenía estas fases: 1) elección del lugar entre varias candidaturas mundiales, 2) investigaciones previas, 3) operaciones de estimulación de la precipitación, 4) evaluación. En la fase 1 es elegida la cuenca del Duero en España. En consecuencia, en 1979 se firma el Acuerdo entre España y la Organización Meteorológica Mundial para la realización de las fases 2 y 3 en la cuenca del Duero. El Acuerdo prevé una duración de ocho años y define una zona de experimentación comprendida entre Ciudad Rodrigo, León, Burgos y Segovia. Se ejecuta la fase 2 mediante las campañas de 1979, 1980 y 1981. Los resultados de la fase 2 no permiten confirmar la adecuación de la zona. No se llega a iniciar la fase 3. Se decide suspender el Proyecto de Intensificación de la Precipitación en el IX Congreso Internacional de Meteorología de 1983. Existe un artículo al respecto escrito por el célebre meteorólogo español Font Tullot el mismo año 1983, cuando él tenía ya 69 años.

- Proyectos de intensificación de precipitaciones en Gran Canaria. Tan temprano como en 1948-1949 hay constancia de gestiones del Cabildo para comprar hielo carbónico y aplicarlo con avionetas, pero se desconoce si se consumó. En 1953 se redacta un proyecto dentro del Centro Experimental Agrícola de Gran Canaria y parece que se realizaron experimentos de siembra de nubes. En 1961 el Cabildo de Gran Canaria compra una gran cantidad de cohetes de yoduro de plata y los distribuye entre muchos ayuntamientos; luego afirma que no se obtuvieron los resultados apetecidos. En la temporada 1975-1976 los cabildos de Gran Canaria y de Tenerife realizan siembras experimentales, de urea en nubes cálidas y de yoduro de plata en nubes frías, desde aviones que vuelan dentro de la nube a un tercio de su altura. Los resultados no son significativos. En 1979, en el marco del Tratado de Amistad y Cooperación con Estados Unidos, se inicia el "Grand Canary Island Precipitation Enhancement Project", bajo el cual se realizan en Gran Canaria y Tenerife campañas anuales de investigación con radar, avión laboratorio, avión de siembra, etc., en las que se siembran nubes frías con hielo carbónico y nubes cálidas con una mezcla de urea y nitrato amónico. Estas campañas dejan de recibir fondos del Tratado en 1983 pero los cabildos las continúan. Al parecer se prolongaron hasta el año 1992. (Más información: artículo de la revista de la Agencia Meteorológica Española sobre los proyectos de intensificación de precipitaciones en Canarias entre 1948 y 1984; resumen de los proyectos en Gran Canaria entre 1975 y 1992; extenso documento oficial del cabildo de Gran Canaria de la época.)

- Proyectos estadounidenses durante la guerra de Vietnam. La primera siembra prolluvia que hicieron allí los estadounidenses pretendía curiosamente dispersar manifestantes en Vietnam del Sur. Luego vinieron las famosas pruebas del proyecto Popeye. Estas precedieron a la siembra operativa de nubes sobre la ruta Ho Chi Minh. La ruta Ho Chi Minh era una ruta terrestre de gran importancia estratégica para los norvietnamitas y el Vietcong, que los estadounidenses querían llenar de barro y charcos para entorpecer, prolongando así el periodo de las lluvias monzónicas.

- Programa de Investigación para la Mejora de la Ciencia de la Lluvia de los Emiratos Árabes Unidos (UAEREP). Desde 1990 hasta la actualidad, el Centro Nacional de Meteorología de los Emiratos Árabes Unidos mantiene activo este programa enormemente amplio y ambicioso. Desde 2015 se convoca periódicamente un concurso internacional en el que se dota a cada uno de los tres grupos de investigación ganadores con más de medio millón de dólares estadounidenses anuales para la investigación en múltiples líneas: investigación nanotecnológica de núcleos más eficaces, siembra con drones, modelado numérico, mejora de sensores remotos, modificación de la superficie para favorecer la convección, y un largo etcétera. Los experimentos de siembra suelen realizarse en las montañas orientales junto a la frontera con Omán. En 2016, que fue especialmente favorable por la abundancia de nubes, se realizaron 177 operaciones de siembra. El programa colabora con la Organización Meteorológica Mundial y diversos organismos de investigación de distintos países. Mucha más información en la web del programa: http://uaerep.ae .

- Proyecto de incremento de la nieve en las Montañas Nevadas de Australia. Desde 2004 se mantiene este proyecto de investigación. Cuando entran frentes lluviosos, se siembran núcleos desde generadores terrestres situados a barlovento de las montañas, aprovechando el ascenso forzado por el relieve. Se ha topado con importantes dificultades en la medición del éxito; sin embargo, es uno de los proyectos considerados más exitosos. Algunos informes indican incluso un incremento de la nieve de hasta un 14%.


1B. SIEMBRA PARA DISMINUIR LAS PRECIPITACIONES DURANTE EVENTOS

Objetivo. El objetivo en este caso es impedir las precipitaciones en un determinado lugar y momento, para permitir la celebración de un evento social, deportivo, etc. La manera de conseguirlo es neutralizar el desarrollo de la nube o hacer que la nube descargue antes de alcanzar la zona de interés. 

Ejemplos. No conozco que esto se haya intentado en España. Así que pondré un ejemplo ruso y otro chino:

- 850º aniversario de Moscú. En 1997 el alcalde de Moscú, Luzhkov, gastó 820000 € en la siembra de nubes con 8 aviones durante 3 días, en la celebración del 850º aniversario de Moscú. El resultado fue que los dos primeros días no llovió en el lugar, pero al tercero cayó lo más grande. Antes y después de esa fecha, este alcalde fue muy aficionado a la siembra de nubes. En realidad, en Rusia la siembra de nubes se ha realizado con bastante frecuencia desde tiempos soviéticos, ya sea con el propósito de permitir eventos, disminuir las nevadas, impedir que la pluma radiactiva de Chernobil llegara a Moscú...  

- Juegos Olímpicos de Pekín. De cara a los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, los chinos, según ellos mismos, ensayaron la disipación de nubes mediante polvo de diatomita, método que luego aplicaron en la clausura.


1C. SIEMBRA PARA DISMINUIR EL TAMAÑO DEL GRANIZO.

Fundamento. La idea aquí es introducir muchos núcleos para cristales en la zona de la nube de tormenta donde se está formando el granizo. Con ello se espera que se formen muchos granizos pequeños, en vez de pocos granizos grandes. 

Objetivo. Los granizos pequeños hacen menos daño a los cultivos, o incluso pueden llegar al suelo ya completamente derretidos. Esta defensa de los cultivos es lo que en última instancia se pretende en la siembra antigranizo.

Dispositivos. Las siembras de nubes antigranizo en España se han realizado mediante los siguientes dispositivos, por orden de aparición: (1) cohetes portadores de ácido clorosulfónico lanzados desde puestos situados en tierra (coheteras); (2) ídem, pero con cohetes portadores de yoduro de plata; (3) quemadores de carbón de coque impregnados con yoduro de plata, situados en tierra, similares a hornillos; (4) generadores que queman con propano el yoduro de plata disuelto en acetona, en estaciones situadas en tierra; (5) aplicación de yoduro de plata desde avionetas mediante dispositivos mecánicos, bengalas o cohetes; (6) cañones sónicos situados en tierra, que generan explosiones con acetileno cada pocos segundos, y orientan la onda acústica resultante hacia arriba (no se trata de siembra de nubes en este caso). En el caso de los generadores y quemadores, se pretende que los núcleos emitidos se incorporen a las corrientes térmicas ascendentes que alimentan las nubes de tormenta, y lleguen así a la zona de la nube donde se forma el granizo. 

Radar y distribución. Las campañas de siembra de nubes antigranizo más ambiciosas cuentan con decenas o cientos de generadores de yoduro de plata estudiadamente distribuidos en el territorio, en función de las trayectorias dominantes de las tormentas y las áreas de mayor riesgo. Se considera fundamental que la activación de los generadores se apoye en radares meteorológicos especializados para detectar la evolución, estructura y trayectoria de las nubes problemáticas. 

Eficacia. Hoy los cohetes se consideran inútiles en la lucha antigranizo. Los cañones sónicos nunca han demostrado su utilidad con estudios serios, ni parecen contar con fundamento teórico. Los quemadores a carbón no se usan hace mucho tiempo, porque los generadores con acetona son mucho más eficaces generando núcleos. Las avionetas son caras y además los riesgos del vuelo en nubes de tormenta son muy elevados. En cuanto a la siembra antigranizo mediante generadores bien situados y apoyados por radares especializados, ha habido estudios y experiencias que apuntan en sentidos muy divergentes; en el lado optimista, un grupo de investigación de la Universidad de León habla de una reducción de la energía del granizo del 20-30% siempre que se trate de nubes de tormentas normales y no de supercélulas y cosas así. Ante esa incertidumbre en los resultados, y dado que la inversión requerida es importante, la rentabilidad es dudosa. 

Campañas en España. Se han llevado a cabo muchas campañas de siembra antigranizo en España y sur de Francia desde finales de los años cuarenta hasta hoy: 

- Siembra antigranizo con cohetes en Tarragona (1949 hasta 1973 o más tarde). La Mutualidad Arrocera de Seguros inició de manera pionera en España la siembra antigranizo en el Delta del Ebro a finales de la década de 1940. En concreto la realizaba mediante el lanzamiento de cohetes de ácido clorosulfónico. Para ello construía unas edificaciones llamadas coheteras. Entre 1950 y 1973 se construyeron en el Delta 38 coheteras de las que se conservan 29, 12 de las cuales han sido declaradas bien de interés cultural etnológico en el Boletín Oficial del Estado del 12 de abril de 2017.

- Siembra antigranizo con cohetes en Valencia, Alicante y Castellón (1950 hasta los setenta o más tarde). En las décadas de los 50, 60 y parte de los 70 diversas organizaciones agrarias realizan siembra de nubes antigranizo mediante lanzamiento de cohetes desde tierra, cohetes que son de ácido clorosulfónico en los 50 y 60 y luego de yoduro de plata. Así, desde 1950 la Federación Arrocera realiza siembra con cohetes en la zona arrocera valenciana. Unos años más tarde, una Agrupación de Hermandades Sindicales de la Ribera del Júcar para la Defensa Antigranizo amplía el sistema para otros cultivos en la Ribera del Júcar (Valencia). Desde 1962, la Mutualidad de Arroceros del Júcar (Valencia) hace campañas sistemáticas. Desde finales de los 50, las Hermandades Sindicales de Villena y Novelda (interior de Alicante) hacen lo propio. Desde 1963 hace lo mismo la Sección de Defensa Antigranizo en el entorno de Alicante capital (42 puestos en los municipios de Muchamiel, Campello, Alicante, San Juan y San Vicente). A mediados de los sesenta está activo también el sistema en sectores de la Plana de Castellón (Castellón). La siembra con cohetería se mantiene en estas zonas al menos hasta los años setenta. Como curiosidad, en la actualidad existe una página de Facebook dedicada a inventariar las antiguas bases coheteras valencianas y promover que se declaren Bien de Interés Cultural, tal como se ha hecho con las del Delta del Ebro. En 1994 una persona que inauguró unas coheteras escribió un interesante artículo donde se narra el funcionamiento, se detallan cantidades y se indica que en ese año 1994 todavía siguen funcionando tres coheteras a cargo del ayuntamiento de Alzira. 

- Siembra antigranizo con cohetes en Murcia (al menos en los años sesenta). En Murcia también se vendían muchísimos cohetes durante los años sesenta según un conocido empresario pirotécnico de la zona.

- Siembra antigranizo con cohetes en Albacete y Ciudad Real. En Castilla La Mancha, sobre todo en las provincias de Albacete y Ciudad Real, es frecuente que la Guardia Civil recoja y desactive cohetes de yoduro de plata aparecidos en almacenes agrícolas, de los que los agricultores lanzaban hace años. Por ejemplo, en la provincia de Ciudad Real se encuentra medio centenar al año, según una noticia; en un periódico regional puede consultarse una larga sucesión de casos en Fuente el Fresno, Campo de Criptana, Daimiel, Tinajeros, Membrilla, Torralba de Calatrava, Bolaños de Calatrava...; otra página web especializada en agricultura añade casos en Pozo Lorente, Munera, Corral Rubio...

Siembra antigranizo con quemadores en Valencia (1962-1976). En 1962, las Hermandades Sindicales del Altiplano de Requena-Utiel (interior de Valencia) constituyen una Asociación Antigranizo y establecen un sistema distinto al de los cohetes que se venían usando: una red de quemadores de carbón activado impregnado de yoduro de plata, con el asesoramiento del Centro Meteorológico del Pirineo Oriental y luego del Centro Meteorológico de Levante. Estos quemadores fueron reemplazados en 1976 por 36 generadores de yoduro de plata disuelto en acetona, al sumarse la Asociación a la CEAL.

Siembra antigranizo con quemadores y generadores en Álava, Logroño y Navarra (al menos 1973-1999). En el año 1973 estaban funcionando quemadores de yoduro de plata en esta zona. Ese mismo año se instaló un radar para la detección de tormentas cuyo radio de acción abarcaba las tres provincias. Estas iniciativas eran acordadas por las tres cámaras agrarias provinciales. Existió una Agrupación de Agricultores de las tres provincias y un Servicio Interprovincial de Defensa Antigranizo de Álava, Navarra y La Rioja. Según el BOCG, Congreso de los Diputados, serie D, núm. 104, de 20/02/1997 existía actividad en el año 1997 y años anteriores. En 1999 aún recibía subvención pública. Así que puede suponerse que en estas provincias hubo siembra antigranizo al menos entre 1973 y 1999. Por las fechas, los quemadores debieron ser sustituidos por generadores.

- Siembra antigranizo con generadores en Albacete, Cuenca, Ciudad Real y Toledo. Se constituyó una Agrupación de Defensa contra el Granizo de La Mancha (ADEGRAMAN), que gestionó una red de generadores de yoduro de plata extendida por comarcas de las provincias de Toledo, Albacete, Cuenca y Ciudad Real. Estaba activa al menos alrededor del año 1974. 

- Siembra antigranizo con generadores en Aragón (1971-2022). La lucha antigranizo en Aragón empieza en 1971 en la zona de Gallocanta. En 1973 se cambia el sistema al de generadores de yoduro de plata disuelto en acetona. Durante los años 70, 80 y 90, el protagonismo en este asunto es de las asociaciones antigranizo de agricultores de diferentes comarcas de Zaragoza y Teruel. En el año 1994, el área cubierta por generadores de yoduro de plata era ya de más de 800000 hectáreas, 166 municipios divididos en dos zonas: una en el Bajo Aragón (Zaragoza y Huesca) y otra más o menos entre Gallocanta y Tauste (Zaragoza y Teruel). Luego, a petición del sector agrario, se plantea la creación de una Mancomunidad aragonesa de lucha antigranizo promovida desde los municipios, así como la modernización técnica y la ampliación del número de generadores. El año 2000 las Cortes de Aragón, a propuesta del Partido Popular y con la unanimidad de todos los partidos políticos, aprueban una proposición para que el Gobierno de Aragón estudie y apoye la lucha antigranizo. Todo lo anterior se detalla en una interesante comparecencia del director general de Tecnología Agraria ante la Comisión Agraria de las Cortes de Aragón en 2002. Dicha comparecencia muestra también la implicación activa de muchos agentes: asociaciones de agricultores, ayuntamientos, diputaciones provinciales, administración central, los investigadores del grupo de Física de la Atmósfera de la Universidad de León, el centro meteorológico aragonés, el Partido Popular, el Partido Socialista, el Partido Aragonés, la Chunta Aragonesista, etc. En 2003 se pone en marcha al fin la Mancomunidad antigranizo de Aragón. En 2006, la Mancomunidad se transforma en el Consorcio Antigranizo de Aragón, y se instalaron más generadores. Entre 2007 y 2017, el presupuesto anual del Consorcio ha sido de 300000-500000 euros, con subvenciones públicas anuales de decenas de miles de euros. Sin embargo, varias comarcas abandonaron el Consorcio y retiraron sus generadores, debido a la oposición de una parte de sus agricultores, que consideraban que la siembra de nubes del Consorcio propiciaba la sequía o era inútil. De hecho, los agricultores de secano de ocho municipios aragoneses constituyeron en 2007 la Plataforma contra los Generadores de Yoduro de Plata, y se han constituido otras asociaciones parecidas contra el Consorcio. Por las protestas de estos agricultores, el gobierno de Aragón retiró sus subvenciones al Consorcio en 2015. No obstante, en diciembre de 2022 el Consorcio sigue manteniendo 36 generadores activos en Aragón. En internet puede verse un vídeo de un tipo explicando el funcionamiento de uno de esos generadores. Por último, como curiosidad, tal vez sea interesante añadir que una empresa aragonesa fabrica yoduro de plata que vende en España, Marruecos y Estados Unidos.

- Siembra antigranizo con generadores en Lleida (1986-2005). En Terres de Ponent (sur de la provincia de Lleida), la lucha antigranizo mediante siembra de nubes empieza en 1986. Entre 1991 y 2005, la Agrupación de Defensa Vegetal Terres de Ponent gestionó entre cuarenta y cincuenta generadores de yoduro de plata que cubrían 77 municipios. En este proyecto estuvo también involucrado el grupo de Física de la Atmósfera de la Universidad de León. En 2005, al no haberse constatado la eficacia de la medida, una resolución de la Generalitat anuló la obligatoriedad del pago por parte de los agricultores de la zona, en la línea defendida por ejemplo por los agricultores de la Unió de Pagessos. A raíz de esa resolución, la Agrupación Terres de Ponent suspendió el programa. En 2013, tras unas fuertes granizadas, la Agrupación Terres de Ponent y otras volvieron a pronunciarse a favor del uso del yoduro de plata. 

- Siembra antigranizo con generadores en Madrid (2022). En 2022 existe una red antigranizo de la Cámara Agraria de la Comunidad de Madrid que funciona mediante 24 generadores de yoduro de plata en tierra. Cubre 195000 hectáreas de las comarcas de Las Vegas y La Campiña, en el sureste de la provincia. En su página web se menciona que las primeras experiencias de este tipo de labores en Madrid ocurrieron en 1976.

- Siembra antigranizo con generadores en Valencia, Castellón, Alicante, Albacete, Cuenca y Murcia (1970-1979). En 1976 los ya mencionados quemadores de Requena-Utiel (Valencia) fueron reemplazados por 36 generadores de yoduro de plata disuelto en acetona, al integrarse en la CEAL. En 1976 los Arroceros del Júcar (Valencia) añaden a sus habituales cohetes diez generadores de yoduro en acetona, al integrarse asimismo en la CEAL. Esta CEAL fue la Campaña Experimental Antigranizo de Levante, en la que, de 1970 a 1979, primero el Ministerio de Agricultura y luego las Cámaras Agrarias gestionaron campañas anuales de siembra con 130-150 generadores de yoduro de plata disuelto en acetona, que cubrían un área de casi dos millones y medio de hectáreas de las provincias de Valencia, Castellón, Alicante y en menor medida de Albacete, Murcia y Cuenca. (Pueden consultarse datos sobre la historia de la siembra de nubes en Levante en: R. Coscollá, 1984, "Lucha antigranizo", en "Agricultura, revista agropecuaria", nº 623, pág. 486 y ss., y Olcina Cantos, J., 1995, "Riesgos climáticos en las tierras valencianas", en "Investigaciones geográficas", nº14, PP. 99-143.)

- Siembra antigranizo desde avionetas en Murcia, Albacete, Valencia y Aragón (1978-1985). Entre 1978 y 1983, el Servicio de Plagas del Ministerio de Agricultura realizó siembras de yoduro de plata mediante cartuchos lanzados desde avionetas a lo largo de una franja de veinte kilómetros de ancho que iba desde Calatrava (Murcia) hasta Requena (Valencia) a través de la provincia de Albacete, si bien el área estudiada se prolongó un poco más hasta Lorca (Murcia) y Utiel (Valencia). La intención era defender Valencia, Alicante y Murcia del granizo de las tormentas nacidas en Cazorla y que se desplazaban hacia el Este. Por otra parte, en 1984-1985 el Ministerio de Agricultura sembró yoduro de plata desde avionetas en una campaña experimental en un radio máximo de 160 kilómetros alrededor de Zaragoza, lo que abarca casi la totalidad de Aragón y parte de las provincias limítrofes. Las instituciones, empresas y personas que participaron en todas estas siembras con aviones entre 1978 y 1985, pueden consultarse en un documento elaborado por la Guardia Civil y puesto a disposición pública por la Organización de Consumidores y Usuarios.

Subvenciones del Estado español a la siembra antigranizo. Campañas de lucha antigranizo con yoduro de plata, como las de Aragón, Lleida, etc., han recibido subvenciones públicas por parte de la administración central (y de otras). La concesión de subvenciones por la administración central se regulaba explícitamente por ejemplo en las órdenes de 31 de octubre de 1988, 1 de septiembre de 1992, 22 de julio de 1999 y 3 de agosto de 2000, publicadas todas en el BOE. Un requisito era que cada una de las agrupaciones de agricultores receptoras de subvenciones debía reunir más de 100000 hectáreas. Un ejemplo concreto de concesión de subvenciones aparece en un BOE de 1999, donde los receptores son los siguientes: la Agrupación Antigranizo de la provincia de Zaragoza, la Agrupación de Defensa Vegetal de Les Terres de Ponent de Lleida, y el Servicio Interprovincial de defensa antigranizo de Álava, La Rioja y Navarra.

- Siembra antigranizo con generadores en el sur de Francia (1965-2022). En el sur de Francia se han realizado campañas anuales antigranizo desde 1965, con más de 450 quemadores en 50000 kilómetros cuadrados de terreno.

- Lucha antigranizo con cañones sónicos en España (c.1900-2022). Aunque no se trate de siembra de nubes, merece la pena detenerse en los cañones sónicos, por el auge que están tomando. Y es que una empresa francesa llamada grupo SPAG está haciendo fortuna vendiendo cada vez más cañones sónicos a agricultores españoles. En realidad esta empresa no ha hecho sino recuperar una idea de finales del siglo XIX, abandonada a principios del XX. Hay constancia incluso de que ya se usaron estos cañones en España en torno al año 1900. Pues bien, en Aragón esta empresa SPAG ha pasado en ocho años de instalar el primer cañón a tener más de cien en 2022. Otro ejemplo concreto puede ser el que figuró en una noticia referida a unos empresarios agrícolas de un pueblo de Murcia; la noticia no tiene desperdicio. Otro caso particular es el de El Campillo y Riotinto en Huelva: la empresa Organic Citrus los tiene instalados en sus naranjales, y el ruido y las suspicacias de la población han motivado en 2022 un manifiesto de queja conjunto por parte de ambos ayuntamientos (muy mal informado, por cierto). Es importante aclarar que estos cañones sónicos no hacen siembra de nubes, no liberan yoduro de plata ni ninguna otra sustancia, funcionan mediante meras explosiones cada pocos segundos, generan problemas serios de ruidos para trabajadores de la finca y habitantes cercanos, carecen de pruebas que avalen su eficacia antigranizo, y son vendidos por la empresa con argumentos de apariencia científica pero más que dudosos. 


1D. SIEMBRA PARA DISIPAR NIEBLAS FRÍAS.

En aeropuertos, pistas de esquí y otras pistas deportivas puede ser de interés disipar las nieblas. Si son nieblas frías, a menos de cero grados, se eliminan por precipitación, sembrándolas con yoduro de plata, dióxido de carbono sólido o propano líquido. En nieblas cálidas, la siembra solo logra resultados pasajeros; se eliminan mejor por mezcla o calentamiento.


1E. INCREMENTO DE LA PRECIPITACIÓN MEDIANTE DESCARGAS ELÉCTRICAS CON DRONES.

Fundamento. Suele incluirse como técnica de siembra de nubes, pero no es exacto. No aporta núcleos a la nube, sino que favorece la unión de gotas líquidas ya existentes. Por tanto, en principio es aplicable preferentemente en nubes cálidas espesas propias de latitudes bajas y zonas cálidas. Esencialmente, los drones aplican descargas para crear polarización en las gotas y lograr que estas se atraigan electrostáticamente. 

Ejemplos. En Israel se investiga esta estrategia hace largos años. Pero sobre todo ha saltado a los medios de comunicación a raíz de las grandes lluvias del año 2021 en Emiratos Árabes Unidos, donde se ha aplicado esta técnica. Los drones que han usado allí se diseñaron en la universidad de Bath en Reino Unido, y los fundamentos se describen en este artículo. Este método es reciente pero podría tener más desarrollo, sobre todo en zonas cálidas. 


2. ACTIVIDADES DE GEOINGENIERÍA.

La "ingeniería climática" o "geoingeniería" propone técnicas que manipulen el clima a escala global para contrarrestar el calentamiento global actual. Entre ellas, se encuentran las técnicas de eliminación del dióxido de carbono y las técnicas de manejo de la radiación solar o "ingeniería solar". Tres técnicas concretas de manejo de la radiación solar implicarían la liberación de partículas al aire desde aeronaves u otros medios. Son las siguientes: el adelgazamiento de nubes altas, el abrillantamiento de nubes bajas marinas, y la inyección de aerosoles en la estratosfera. Ninguna de ellas está cerca de aplicarse a gran escala en este momento. Veámoslas a continuación.


2A. ADELGAZAMIENTO DE NUBES ALTAS  

Fundamento. Según las estimaciones, en el conjunto del planeta y al cabo del año, las nubes altas tienen un efecto neto de calentamiento del aire. De ahí que, para contrarrestar el calentamiento global actual, se haya propuesto "adelgazarlas". Adelgazarlas significa hacerlas más trasparentes al calor terrestre, para que este pueda escapar hacia el espacio. 

Propuesta. La propuesta concreta es sembrar núcleos de triyoduro de bismuto en las nubes altas. El efecto buscado sería que las nubes altas tuvieran menos cristales de hielo y más grandes, o que una parte de su hielo precipitara y la nube de disipara parcialmente. En ambos casos, el calor terrestre las atravesaría mejor.

Grado de desarrollo actual. Se trata de una propuesta teórica. Solo se ha investigado mediante simulaciones por ordenador. No se han realizado experimentos de siembra real. 

Incertidumbre. Las simulaciones dejan claro que no se conoce bien el funcionamiento de las nubes altas naturales, ni su relación con los núcleos, ni las consecuencias indirectas sobre el clima de un hipotético adelgazamiento de las nubes altas.


2B. ABRILLANTAMIENTO DE NUBES BAJAS MARINAS

Fundamento. En su momento se comprobó que con frecuencia el humo de los barcos hacía más brillantes las nubes bajas. "Más brillantes" significa que reflejan más la luz solar por arriba, de vuelta hacia el espacio exterior. Pues bien, se ha planteado imitar este efecto, para disminuir la radiación solar que llega al suelo. Así se contrarrestaría parcialmente el calentamiento global. 

Propuesta. La idea es conseguir que las nubes bajas tengan más gotitas y más pequeñas, porque así reflejan más la luz por arriba. Esto se lograría mediante la siembra en la nube de núcleos, en concreto partículas de sal, o incluso gotitas muy pequeñas de agua salada marina rociadas como spray desde barcos. Las nubes más adecuadas para esta siembra son los estratocúmulos sobre el mar, ampliamente distribuidos en latitudes medias y subtropicales. 

Grado de desarrollo actual. Es una propuesta que se ha investigado en distintos proyectos de investigación desde 1994, y sigue en proceso de investigación, ahora en especial en el marco del proyecto internacional "Marine Cloud Brightening Project". Han incluido siembras experimentales reales a pequeña escala. 

Incertidumbre. Persisten importantes incertidumbres sobre las consecuencias directas y sobre todo indirectas que tendría la aplicación de esta técnica a gran escala en un sistema tan complejo como el meteorológico.


2C. INYECCIÓN DE AEROSOLES EN LA ESTRATOSFERA

Fundamento. Se ha comprobado que las grandes erupciones volcánicas explosivas inyectan aerosoles en la estratosfera. Una vez allí, son distribuidos por los vientos estratosféricos hasta cubrir todo un hemisferio o todo el planeta. Ello produce un cierto grado de "ensombrecimiento" a escala global, capaz de enfriar el aire de la atmósfera inferior hasta un grado o más durante varios años. Pues bien, se ha propuesto imitar este efecto, a fin de contrarrestar el calentamiento global actual. 

Propuesta. La propuesta concreta es introducir artificialmente aerosoles en la estratosfera. Las sustancias propuestas son diversas: sulfatos, calcita, óxido de aluminio, sal, dióxido de azufre, sulfhídrico, partículas fotoforéticas, dióxido de titanio. Se introducirían en la estratosfera mediante aeronaves, artillería o globos. 

Grado de desarrollo actual. Esta posibilidad se ha investigado principalmente mediante simulaciones por ordenador y en laboratorio. Algunos proyectos han llegado a planear experimentos con inyección real de una pequeña cantidad de aerosoles en un lugar determinado para estudiar sus consecuencias. Sin embargo, tales experimentos no han llegado a realizarse, por la oposición de organizaciones civiles. Ni siquiera han llegado a realizarse las pruebas previas de los aparatos necesarios. Un ejemplo: en el proyecto SPICE se paró un experimento previo, consistente simplemente en soltar agua a un kilómetro de altura. Otro ejemplo: en el proyecto de investigación de Harvard SCoPEx , se propuso la inyección de un par de kilos de polvo de caliza en la estratosfera para investigar sus consecuencias sobre un área de unos kilómetros cuadrados; pero en 2021 la comisión asesora independiente detuvo el lanzamiento de prueba de la plataforma, que era solo para probar el aparato y los sensores. Diversos proyectos de investigación en este tipo de técnicas han sido financiados desde 2007 por el fondo FICER de Harvard, que procede de donaciones de Bill Gates.

Incertidumbre. La inyección de aerosoles en la estratosfera es considerada por el IPCC como la mejor conocida de las tres técnicas de manipulación de la radiación solar que hemos mencionado. Pero hay que recordar que esto solo vale a título comparativo, y que ni siquiera hay investigaciones experimentales en atmósfera real de ninguna de estas técnicas, como acabamos de exponer. Lo que sí existe es el estudio de la inyección natural de aerosoles por las explosiones volcánicas.


3. OTRAS ACTIVIDADES.

Existen otras actividades que también conllevan la liberación de sustancias al aire desde aviones, pero no están orientadas a la modificación de la meteorología. Las principales son el marcaje de vientos con trimetilaluminio, el esparcimiento de chaff, el rociado de armas químicas y biológicas, las fumigaciones con agroquímicos, y las propias emisiones normales de los motores. Habría que añadir quizá ciertas actividades de importancia menor, tales como los humos usados en pruebas de aerodinámica o los humos coloreados emitidos en exhibiciones militares.


3A. MARCAJE DE VIENTOS EN LA ALTA ATMÓSFERA. 

El trimetilaluminio, al entrar en contacto con el oxígeno del aire, arde lentamente durante muchos minutos desprendiendo luz. Por ello se ha usado para "marcar" el aire de la alta atmósfera y seguir sus movimientos. Al quemarse con el oxígeno, el trimetilaluminio produce dióxido de carbono, agua y óxido de aluminio, que son inocuos. 

Se han realizado numerosos experimentos de marcaje del aire con trimetilaluminio en lugares concretos. Un ejemplo es la misión ATREX de la NASA. Otro ejemplo: otra misión de la NASA en 2003, para estudiar vientos en la ionosfera, que generó en el cielo nocturno rastros brillantes que se avisaron previamente en la web de la NASA. Un tercer ejemplo: en 2017 se realizó otra experiencia parecida.


3B. ESPARCIMIENTO DE CHAFF

Se trata de una medida antirradar presente de manera generalizada en toda clase de aeronaves y barcos militares. El chaff actual consiste en filamentos de fibras de vidrio o plástico, metalizados con aluminio, o a veces con zinc; antes se usaban trocitos de papel de aluminio. Este material se esparce desde aeronaves o barcos militares mediante cohetes, bengalas o medios mecánicos, a fin de crear una nube extensa de chaff. Dado que el chaff refleja las ondas de radar, el resultado es que el radar enemigo (o el proyectil enemigo guiado por radar) detecta una nube amplia de reflectores, y no puede localizar tras ella al barco o a la aeronave. Al ser detectable por radar, el chaff encuentra también un uso añadido como señal de socorro en caso de fallo de las comunicaciones. 

El chaff tiene una larga historia de uso en guerras desde la segunda Guerra Mundial (aquí un antiguo documento desclasificado estadounidense al respecto). Pero no solo se usa durante las guerras. También se usa en ejercicios habituales sobre áreas de entrenamiento que pueden ser muy amplias. Con este uso puede tener algunos inconvenientes: por ejemplo, causa señales anómalas en los radares meteorológicos. En cuanto al potencial efecto contaminante sobre suelos y agua, lleva mucho tiempo estudiándose en distintas zonas de entrenamiento, y el efecto parece relativamente pequeño por la gran dispersión. El ejército español, como todos, realiza ejercicios con chaff. 


3C. ROCIADO DE ARMAS QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS.

Dentro de las armas de destrucción masiva se encuentran las armas químicas y las biológicas. Las armas químicas son compuestos químicos nocivos clasificados en agentes nerviosos, sanguíneos, vesicantes, asfixiantes, lacrimógenos y paralizantes. Las armas biológicas son organismos patógenos tales como determinados virus, bacterias, hongos, parásitos e insectos portadores. Ambas se usan para dañar a las personas, a sus cultivos, a su ganado o a la vegetación donde se ocultan. Pueden aplicarse desde aeronaves o por otros medios. La lista de agentes usados como armas químicas o biológicas es enorme, y algunos son renombrados: cloro, agente naranja, gas sarín, sabun, gas pimienta, gases mostaza, agente BZ, napalm, fosgeno, ricina, esporas del bacilo del ántrax, toxina botulínica, pulgas con peste negra...


3D. FUMIGACIONES CON AGROQUÍMICOS. 

Los campos de cultivo y los no cultivados pueden ser fumigados desde avionetas a baja altura (también desde tierra) con productos agroquímicos como plaguicidas, fertilizantes y factores de crecimiento. Los plaguicidas en particular matan organismos considerados dañinos para los cultivos o para el hombre: determinados insectos, hongos, "malas hierbas", parásitos, algas, roedores, moluscos. Muchos plaguicidas pueden ser dañinos en mayor o menor medida para otros organismos, incluida nuestra especie. 


3E. EMISIONES NORMALES DE LOS MOTORES.

Como actividad que libera sustancias desde aviones, hay que considerar también las emisiones normales de sus motores. 

Si el combustible de un avión fuera puro hidrocarburo y se quemara perfectamente, el motor solo emitiría agua gaseosa y dióxido de carbono. Pero, como el combustible tiene impurezas y no se quema perfectamente, y además el motor se desgasta, se emiten también otras porquerías: óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, hollín, monóxido de carbono, diversos hidrocarburos y compuestos orgánicos, y algunas partículas metálicas. Es más o menos lo mismo que emiten los motores de los coches. 

Y, como en el caso de los coches, cada una de estas sustancias tiene sus efectos. El CO2 y el óxido nitroso aumentan como sabemos el efecto invernadero. Los óxidos de azufre generan aerosoles que por un lado oscurecen un poco la atmósfera, y por otro favorecen la formación de nubes. Los óxidos de nitrógeno tienen un cierto efecto invernadero y a esa altura quizá participen en los mecanismos de destrucción del ozono. El agua, ayudada por el hollín, puede generar estelas de condensación, con lo que ello conlleva (hablamos de las estelas en otra entrada). En cuanto al hollín y las partículas metálicas, se esparcen tanto que cuando llegan la suelo la concentración es insignificante, sobre todo si la comparamos con la gran cantidad de partículas del mismo tipo que flotan en el aire de las ciudades, donde hay muchos coches.


3F. Y MÁS...

La lista de actividades realizables desde aviones que conllevan emisión de sustancias puede ampliarse con algunas otras: la emisión de humos de colores para acrobacias, la emisión de humos durante vuelos de investigación para hacer visible la aerodinámica en torno al avión, la escritura de palabras en el cielo mediante "skywritting" o "skytyping", la descarga de agua o de retardantes en el marco de la lucha contra incendios, la descarga de combustible para aligerar el peso del avión si resulta necesario aterrizar antes de lo previsto, o la descarga de lastre en planeadores.


4. AÑADIDO ESPECIAL: LOS CALENTADORES IONOSFÉRICOS.   . 

No se trata en este caso de aeronaves que emiten sustancias, ni de técnicas de modificación del tiempo o del clima. Pero con frecuencia los calentadores ionosféricos aparecen erróneamente vinculados con tales actividades, y por eso los incluimos aquí.

Los calentadores ionosféricos son antenas que emiten ondas de radio cortas (HF), como las que emite por ejemplo Radio Exterior de España, pero a una potencia enorme. Este tipo de ondas puede llegar limpiamente hasta la ionosfera (una zona muy alta de la atmósfera cuyo aire está ionizado) e interactuar con ella. En el caso de las emisiones de Radio Exterior de España, lo que hace la emisión es "rebotar" en cierto nivel de la ionosfera; gracias a eso sus programas se captan mucho más allá del horizonte. Pero, en el caso de los calentadores ionosféricos, la emisión es tan potente que produce movimiento de iones en la ionosfera, la excita, y la hace emitir ondas, en parte luminosas. Es un efecto comparable, aunque infinitamente menor, al de las conocidas "auroras polares". La radiación emitida por la ionosfera en respuesta a la emisión de los calentadores ionosféricos, es recibida de nuevo en tierra, y analizada para estudiar la perturbación lograda. 

La importancia económica y militar de estas investigaciones es enorme, ya que ayudan a comprender la generación de perturbaciones en la ionosfera, perturbaciones que pueden afectar a las telecomunicaciones civiles y militares por satélite, radio, móviles... 

Los calentadores ionosféricos en funcionamiento actualmente son los de los programas de investigación HAARP (en Alaska, el más potente con diferencia, antes gestionado por los militares estadounidenses y hoy por la Universidad de Alaska), Sura (en Rusia), y EISCAT (en Noruega). 

Las perturbaciones que producen los calentadores en la ionosfera ocurren muy por encima de las nubes o de la capa de ozono, y no parecen afectar a nuestro clima. Además, son perturbaciones mucho menores que las auroras polares naturales o las variaciones diarias de 20 kilómetros en la altura de la base de la ionosfera, que tampoco parecen afectar sustancialmente a nuestro clima.