Un mar que avanza sobre Sierra Morena, en Lora del Río
(Nota previa: pongo en esta entrada del blog un resumen parcial de lo que podremos
ver el 9 de mayo de 2015, durante la excursión del Geolodía 2015 de Sevilla.)
Con frecuencia los restos fósiles y partículas están bien cementados entre sí por el carbonato cálcico de los fósiles removilizado. Esa cementación es lo que da a las capas que coronan estos cerros su dureza y resistencia frente a la erosión.
Fijaos en la forma de este cerro al norte de Lora, donde empieza Sierra Morena:
Es un cerro de lados empinados, pero con una plataforma plana en lo alto. Los bordes de la plataforma a veces sobresalen un poco a modo de cornisa. Si miramos hacia el Este, vemos otro cerro similar:
En realidad hay varios cerros así, de Este a Oeste, separados por valles profundos. Las plataformas están todas a la misma altura, y parecen continuarse de cerro a cerro. ¿Cómo puede haberse formado este relieve? Un relieve así surge
hay unas capas de roca duras y horizontales sobre otra roca más endeble. Los
ríos erosionan, y acaban cortando las capas duras por algunos sitios. Luego,
avanzan con más facilidad sobre la roca blanda, y así se profundiza el valle. A
los lados de los valles, quedan cerros coronados por las capas duras, que hacen
de techo protector frente a la lluvia. A medida que la erosión profundiza el
valle y afecta a las laderas, se va socavando ese techo de roca dura de los cerros, y forma
cornisas que van retrocediendo poco a poco por desplomes y desprendimientos.
Ahora, vamos a ver la zona de contacto entre las capas duras
de arriba y la roca blanda de debajo. Para eso tenemos que meternos bajo una de
las cornisas, con la esperanza de que no se nos caiga encima precisamente en ese momento...
... y fijarnos en la pared bajo la cornisa...
... donde se distinguen dos mitades. La mitad inferior está hecha de una roca con bandas claras y oscuras, a veces confusas. La superior contiene evidentes bloques de roca amontonados, que resultan ser trozos de la misma roca bandeada de abajo...
... mezclados con algunas conchas fosilizadas de ostras...
... o algún caparazón de Clypeaster (erizo de mar acampanado y con la base plana; el boli apunta a la boca):
También se encuentran las pequeñas Heterostegina, como lentejitas...
... y otros restos de organismos marinos de hace unos 8 millones de años. Puede que sorprenda la presencia de fósiles marinos ahí arriba, y de esa antigüedad. La explicación es la siguiente. Por aquellos tiempos, la actual Depresión del Guadalquivir (que empieza justo al sur de estos cerros) era un mar. Hace unos 8 millones de años, la línea de costa de ese mar avanzó hacia el Norte, sobre los materiales de la actual Sierra Morena (aquí representados por la roca bandeada). La fuerza del oleaje rompía la roca, y depositaba los trozos poco más allá de donde los arrancó. Se añadían entre ellos los restos de las conchas de ostras, típicas de estos medios marinos litorales de aguas agitadas, y demás organismos marinos. De ahí los bloques y las ostras sobre la roca bandeada.
Más arriba, en la cornisa y hasta la explanada superior del cerro, deja de haber bloques de roca bandeada, y es todo arenas y pedazos de fósiles marinos, a veces bastante reducidos por olas y corrientes:
La ausencia de bloques de roca bandeada en el material, significa que la línea de costa siguió avanzando un poco hacia el Norte y el nivel del mar subiendo. Así, la roca bandeada quedó enteramente enterrada bajo el material marino, y no había ya roca expuesta de donde arrancar bloques.
Con frecuencia los restos fósiles y partículas están bien cementados entre sí por el carbonato cálcico de los fósiles removilizado. Esa cementación es lo que da a las capas que coronan estos cerros su dureza y resistencia frente a la erosión.
En fin, resumamos. Hace
unos 8 millones de años, la línea de costa del mar que ocupaba la Depresión del
Guadalquivir avanza hacia el norte, sobre materiales de Sierra Morena (que aquí son las
rocas bandeadas). Ese avance deja bloques arrancados de esos mismos materiales,
mezclados con fósiles marinos litorales de la época y, en lo alto, más capas de
material marino pero ya sin bloques. Luego, el mar se retira de nuevo, y
empieza la erosión. Los ríos entonces cortan las capas marinas duras y excavan valles
profundos sobre la roca bandeada de debajo, más blanda (más "ablandable" por alteración, en realidad). Entre los valles,
subsisten cerros aplanados por arriba, coronados por lo que queda de las capas marinas horizontales. Y solo una
cosa más: la profundización de los valles por parte de los ríos, se ve
propiciada por un proceso activo de cierta elevación de esta zona con respecto a
la Depresión del Guadalquivir aledaña, en parte gracias a algunas pequeñas
fallas.
Mayores detalles, el próximo sábado 9 de mayo en la excursión del Geolodía 2015 de Sevilla (ver esta otra entrada con toda la información al respecto).