El camino del agua en la Sierra de Estepa
En lo alto de la Sierra de Estepa
(me refiero al conjunto de sierras que hay entre Lora, Estepa, Gilena y
Pedrera), la piedra caliza está como agujereada:
En algunas canteras se ve cómo
los agujeros superficiales se concentran y se prolongan en conductos hacia
abajo:
Tampoco faltan cavidades más
horizontales, incluso verdaderas cuevas:
Otra señal de la presencia de
cavidades subterráneas son los “hoyos” que abundan en algunas zonas,
resultantes de hundimientos subterráneos, o de la ampliación de la boca de los conductos descendentes:
De modo que, al parecer, la
piedra caliza que constituye estas sierras está llena de agujeros. El agua de
lluvia se cuela por ellos, y chorrea por sus paredes hacia abajo. Pero a cierta
profundidad, cualquier fisura está ya inundada, así que empieza a fluir por
conductos horizontales hacia fuera de la sierra. Al final, el agua acaba
“rebosando” sobre el borde de roca más impermeable que circunda toda la sierra.
Y lo hace por puntos especialmente favorables, en forma de manantiales, que pueden
estar adaptados como abrevaderos...
... o intervenidos para
abastecimiento urbano (disculpadle las pintas al tipo ese):
Y ese es el camino que sigue el
agua en las sierras de Estepa-Gilena-Lora-Pedrera. Pero todavía no hemos dicho cómo
se forman las cavidades.
Las hace la propia agua. El agua de lluvia incorpora
CO2 del aire mientras cae, y el CO2 en el agua se vuelve ácido carbónico. El
agua acidificada, al caer sobre la piedra caliza, ataca a su carbonato cálcico
y se lo lleva disuelto. Así se empiezan a generar huecos, canalitos y otras
formas en superficie.
Lo que no puede disolver el agua
es la pequeña cantidad de partículas de arcilla que contiene también la piedra.
De hecho, la tierra roja que se ve en los huecos de las fotos, no es más que la
arcilla que contenía toda la piedra que ya ha desaparecido por disolución. En
esa tierra crecen organismos, que sueltan CO2 por respiración; así, cuando el
agua pasa por ella, toma mucho CO2 y se vuelve aún más ácida. Además, hay
raíces y microorganismos que producen sus propios ácidos, que también atacan a
la caliza. Todo ello, favorece la ampliación de las oquedades superficiales, y
la formación de los conductos descendentes.
Antes dijimos que el agua bajaba
hasta llegar a una profundidad donde cualquier hueco estaría ya inundado.
Entonces, se mueve en horizontal por las fisuras que encuentra. Eso es lo que
va creando los conductos más horizontales. Cuando la erosión rebaja el borde de
material impermeable que rodea la sierra, el agua abandona los conductos
horizontales antiguos, y abre nuevas vías descendentes y conductos horizontales
más bajos. Así, los conductos horizontales ya abandonados, pueden acabar
expuestos al aire, que es el caso de las cuevas de la foto de antes.
En determinadas condiciones, en cavidades no inundadas donde hay goteo, el agua puede depositar
carbonato cálcico, en vez de disolverlo. Lo hace en forma de cristales de calcita, que crecen en costras sobre las paredes de las cavidades, y a veces
acaban por rellenarlas:
Los cristales de tales rellenos suelen ser amarillos o
pardos, porque durante su crecimiento engloban partículas de hidróxidos de
hierro o de ácidos de la descomposición de la materia orgánica del suelo,
también contenidos en el agua:
Si la cavidad que está siendo rellenada es amplia, los cristales pueden configurar estalactitas, estalagmitas, columnas, "cortinas" y esas cosas de las cuevas. Han quedado expuestas en algunas canteras (fotos hechas mirando hacia arriba):
Y con estas formas típicas de las cuevas kársticas, dejadas al descubierto por la mano humana, cierro esta entrada sobre el agua, su camino y sus trabajos.