Bolas de bacterias en Gilena

Curiosa piedra esta, formada por bolas blancas:



Vistas de cerca, las bolas están formadas por capitas, como si fueran cebollas:




En su núcleo, las bolas suelen tener objetos extraños. En el caso de la foto anterior, la bola del centro-izquierda tiene en su núcleo algo que parece una “peineta” que mira hacia la derecha. Si el mismo objeto lo cortáramos en perpendicular y por las púas, no tendriamos una peineta, sino una “rueda de bici”...


... así que, en tres dimensiones, el objeto vendría a ser como una copita con tabiques radiales. Es el esqueleto de un coral solitario, un bichillo parecido a una anémona. Tras la muerte del bicho, el esqueleto quedó en aquel fondo marino somero. Mientras era volteado por las olas, se vió recubierto por sucesivas capitas de bacterias verdeazuladas que hacían la fotosíntesis. Esas capitas, encostradas con carbonato cálcico del agua, son las capas de cebolla que componen las bolas.

Otras veces, el núcleo de las bolas es un trocito de concha de caracol, o de bivalvo, o cualquier otra cosa. El caso es que esas bolas se iban desarrollando y acumulando en aquel fondo marino (del Jurásico), y por debajo del fondo las bolas se iban compactando y cementando hasta dar esta piedra. Durante la formación de las cordilleras Béticas, las capas de roca del fondo de ese mar fueron comprimidas y elevadas, y ahí las tenemos ahora, en Gilena.