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Mostrando entradas de agosto, 2013

Manantiales hidrotermales submarinos en el Andévalo

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Veamos. Tenemos aquí un enrejado o trenzado de material más o menos verdoso, que engloba partes de otro material mayoritario, más rojizo. El material verdoso contiene sulfuros de metales, sobre todo sulfuro de hierro bajo la apariencia de pequeños cubitos del mineral “pirita”: A veces se presenta alterado con un vistoso aspecto de minicavernas:   Pues bien, ese juego de venas interconectadas es la red de fisuras por las que circularon, a través de la roca del fondo marino, unas aguas muy calientes y cargadas de metales, para salir mediante fumarolas submarinas u otros tipos de manantiales hidrotermales. Fumarolas submarinas actuales que exhalan sulfuros metálicos pueden observarse en el siguiente vídeo: Lo de nuestras fotos sería, precisamente, el enrejado de fisuras que alimentó algunas de estas salidas de agua, al principio del periodo Carbonífero, en un estrecho mar que aún separaba Laurrusia de Gondwana. Las aguas tomarían su calor y sus metales de la proximidad de roca

Columnas de lava y otros rasgos en el río... (y III)

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Y para acabar esta larguísima entrada del blog, que he tenido que dividir en tres partes, miremos aguas arriba y aguas abajo. Primero, aguas abajo... .. el cauce es muy rocoso y accidentado, con frecuentes rasgos propios de corrientes turbulentas. El ejemplo más llamativo son las “marmitas de gigante”, que excavan los fragmentos de roca al girar velozmente cuando se ven atrapados en algunas depresiones. He aquí un ejemplo pequeño, pero los había mucho mayores y mejores: Y el cauce es más bien recto, estrecho, con un único canal, y las laderas del valle bastante empinadas y con un perfil en “uve”: Sin embargo, miramos ahora aguas arriba, y es como si estuviéramos en otro río distinto. Las laderas son mucho más suaves. El cauce es mucho más amplio y traza un gran meandro, en cuyo lado exterior hay erosión (fondo e izquierda de la foto), y en cuyo lado interior se deposita arena (lado derecho de la foto): ... y se depositan también importantes barras de cantos rodados entremedias.

Columnas de lava y otros rasgos en el río... (II)

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Resuelta la incógnita del lugar, volvamos a las columnas de lava. Su formación se debe a la contracción de la lava al perder volumen por enfriamiento. Es en cierta medida parecido al cuarteamiento que sufren las arcillas del fondo de un embalse, cuando el embalse se seca y las arcillas pierden humedad y por tanto volumen. Precisamente un ejemplo de esto último lo tenemos allí mismo, en el río: De todas formas, las columnas prismáticas no son el único rasgo volcánico en ese mismo tramo del Odiel. Al fondo de la siguiente fotografía, más allá del antiguo molino que figura en primer plano, parece que las rocas son conglomerados... ... pero los cantos que la componen son pedazos de rocas volcánicas, como revelan algunos rasgos de su textura (por ejemplo huecos de antiguas burbujas de gas como las de la piedra pómez): Estas rocas se supone que se formaron por acumulación de fragmentos procedentes de coladas de lavas submarinas próximas. Y seguimos con rasgos propios de rocas

Columnas de lavas y otros rasgos en el río... (I)

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Con “columnas de lava” me refiero a esa división en columnas alargadas, prismáticas, de las coladas de lava que han fluido de un volcán. Es famoso el caso de la “Calzada de los Gigantes” en Irlanda, aunque los hay mejores. En la Península Ibérica son notables las de Cabo de Gata. Pero mucha gente desconoce que hay casos análogos, menos espectaculares, pero más antiguos, en la mitad occidental de Andalucía. Este es uno de ellos, a la orilla de un río: ¿En qué río, o, al menos, en qué zona de Andalucía nos movemos? El color del agua y las manchas amarillentas son buenas pistas. También la ausencia de vegetación en las riberas: ¿No se os ocurre? Añadiré una foto en la que aparecen sales blanquecinas en las orillas, depositadas en el estío, cuando mengua el caudal del río y la humedad de la orilla se evapora: Se trata de sales compuestas por el sulfato y los metales (incluidos metales pesados) que el agua del río lleva en disolución. Sí: las aguas del río son tóxicas, co

Viejísimas marcas de oleaje en San Nicolás del Puerto

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Las fotografías pretenden recoger, unas veces de perfil y otras en planta, las ondulaciones marcadas sobre estas capas de roca. Las capas, de arenas sueltas en origen, se formaron durante el periodo Cámbrico en un fondo marino afectado por oleaje. Fue el vaivén del agua sobre las arenas sueltas el que las removió, superficialmente, para generar estas ondulaciones de perfil simétrico. Seguro que la mayoría de los que estén leyendo esto han podido observar ondulaciones similares en arenas sueltas en las playas; pues es más o menos lo mismo, pero posteriormente petrificado. Petrificado y cambiado de posición, porque las capas no están en horizontal, sino inclinadas: En realidad, más que inclinadas, están plegadas; lo que ocurre es que en la foto solo se ve una determinada parte de un pliegue grande. Están plegadas, por tanto, y también rotas en bloques desplazados entre sí: No es una foto precisamente excelente, pero hay un bloque arriba a la derecha empujado sobre el resto,